¿Por qué NO es bueno dar DEMASIADOS regalos a los niños en Navidad? Esto dicen los expertos

Navidad es una época de unión familiar, pero también está marcada por el consumismo, y los niños no son capaces de diferenciar la sutil frontera entre la ilusión y el salvaje marketing de la temporada, lo que ha originado que en los últimos años especialistas en desarrollo infantil e integral alerten sobre los efectos colaterales del Síndrome del Niño Hiperregalado.

Empujados por la bonanza económica de la época decembrina, la publicidad e incluso el deseo de darle a sus hijos “lo que ellos no tuvieron”, muchos padres y madres se esfuerzan por cumplir cabalmente con la larga lista de peticiones que los pequeños le hacen a Santa Claus y los Reyes Amigos. Paradójicamente, esto tiene más efectos negativos que positivos.

En entrevista para INFOBAE MÉXICO, Alejandro Fausto, psicoterapeuta integral, habló sobre las características del Síndrome del Niño Hiperregalado, un fenómeno que en los últimos años ha ocupado la atención de especialistas en desarrollo infantil.

Ventas de juguetes en caída en Mesa Redonda. Foto: AndinaVentas de juguetes en caída en Mesa Redonda. Foto: Andina

¿Qué es el Síndrome del Niño Hiperregalado?

“Este síndrome ocurre cuando los niños reciben regalos desde diferentes lugares, es decir, vínculos afectivos. Para empezar en casa, con la llegada del Niño Dios, Santa Claus o los Reyes Magos, dependiendo las creencias y posibilidades económicas, pero también reciben regalos de parte de los abuelos, tíos u otros miembros de la familia o amigos”, explica.

Demasiados regalos en esta época, además de difuminar el mensaje espiritual que encierra la Navidad, puede generar emociones y conductas negativas.

“Cuando los niños reciben muchos regalos en pocos días, ocasiona una sobre estimulación, provocando ansiedad de querer jugar con todo al mismo tiempo, por lo que se podrían sentir frustrados; tampoco son capaces de mantener la atención en un juguete en particular, no los aprecian ni valoran todos, y pocas veces mostrarán gratitud real por el hecho de tenerlos”.

El psicoterapeuta integral es contundente al aclarar que generar dinámicas para evitar estas emociones le compete exclusivamente a los padres: “Esto no es culpa ni responsabilidad de los niños, más bien es una actitud generada por los adultos derivada del alto consumismo que se promueve en la época, como si la mejor forma de demostrar el amor es haciendo regalos”.

En Navidad, “menos es más”

Para Alejandro Fausto, la clave de la Navidad es que “menos es más” y considera que un punto clave para evitar la sobreestimulación, es que los padres no proyecten carencias del pasado:

“Habría que concientizarnos que menos es más, que al querer llenar a los niños de juguetes realmente estamos proyectando las carencias personales que se quedaron insatisfechas en nuestra infancia y por ello es común querer regalarles a los niños ‘lo que yo no tuve’ para que no ‘pase por lo que yo pasé’, esto pasa en el inconsciente”.

Además de insertar una conducta consumista, el especialista detalla que un niño hiperregalado podría generar ingratitud y desinterés:

“Para el cerebro de un menor muchos regalos significan estímulos elevados que no va a poder procesar al mismo tiempo y va a terminar por aburrirse rápido. Quizá no sepa la utilidad del juego, incluso en ocasiones terminan jugando con las cajas porque no comprenden de qué trata el juguete”.

Para Alejandro Fausto, no existe una cantidad adecuada de obsequios, pero sí alternativas para evitar la sobre estimulación en los niños. (Andina)Para Alejandro Fausto, no existe una cantidad adecuada de obsequios, pero sí alternativas para evitar la sobre estimulación en los niños. (Andina)

¿Cuántos juguetes son los indicados?

Alejandro Fausto opina que no existe una cantidad adecuada de obsequios, pero sí alternativas para evitar la sobreestimulación en los niños: “Definitivamente, los papás son los educadores; quizá pueda haber diferencias con las familias al tratar el tema, pero creando conciencia de las consecuencias que ocasionan los juguetes en exceso, se puede hablar con ellos”.

“También lo que se puede hacer es definir un tema central, por ejemplo, una bicicleta; entonces los abuelos pueden regalar el casco y las rodilleras y los tíos la canastilla o algún accesorio para la misma, de tal forma todos contribuyen a enriquecer la experiencia de un solo juguete central”, recomienda en terapeuta integral.

Finalmente, el psicoterapeuta integral insistió en el papel fundamental que juegan los padres de familia para que Navidad sea una época de buenos recuerdos y hábitos sanos en los pequeños: “Para no desarrollar el consumismo es importante que los padres no pierdan la esencia de la época. Es la época del año para estar en familia, inculcar la gratitud, llevar a donar juguetes a niños que no tienen, participar en acciones que ayuden a otros que necesitan comida o ropa para el frío, agradecer que todavía están los que están en la familia”.

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