Reconocimiento del pueblo afromexicano en la Constitución, una deuda histórica

Blanca Juárez

Lo que no se nombra, no existe. Por eso estamos contentos, porque el pueblo afromexicano tendrá reconocimiento pleno en la Constitución”, dice Yolanda Camacho Calleja. Ella, una de las lideresas negras-afromexicanas de Oaxaca, participó en la construcción de la propuesta de reforma constitucional presentada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Lo que no se nombra no existe y, sin embargo, aquí han estado desde hace cinco siglos: los pueblos y comunidades afromexicanas se integran por descendientes de personas africanas trasladadas por la fuerza a México desde la época colonial. Ésa es la definición que propone la iniciativa.

El pasado 5 de febrero, en el aniversario 117 de la promulgación de la Constitución, el presidente López Obrador envió a la Cámara de Diputados un paquete de 20 iniciativas para modificar la Carta Magna. Una de ellas reforma el artículo 2 de la Carta Magna en materia de pueblos y comunidades indígenas y afromexicanos.

El proyecto plantea la definición de pueblo afromexicano, estipula que sus integrantes son sujetos y sujetas de derechos e incorpora una perspectiva de género, infancia y juventud afrodescendiente.

“Estamos seguros de que, lejos de afectarnos, de aprobarse esta reforma nos va a beneficiar mucho. En los gobiernos anteriores el pueblo indígena y el pueblo afromexicano no fueron escuchados”, dice Yolanda Camacho Calleja, mujer afromexicana y mixteca, presidenta de la Colectiva Ña’a Tunda.

“Con el reconocimiento constitucional es como estar por fin dentro de lo que se entiende por el Estado mexicano, ya existe el pueblo afromexicano”, agrega.

De 1525 a 1866, más de 11 millones de personas africanas esclavizadas fueron traídas a América, según el Proyecto Viajes Esclavistas, una iniciativa de la Universidad Emory, de Atlanta, Estados Unidos.

En México, el primer desembarco registrado de la ruta esclavista es del año 1546, fue en Veracruz. Hace 478 años que están en este país.

Radiografía de la población afromexicana

“Yo dije que no era negro porque no quería que me discriminaran”. “Yo dije que no soy afromexicana porque no conocía el término, para mí era nuevo”. Los relatos sobre las respuestas que dieron muchas personas en el Censo de Población y Vivienda 2020 van en ese sentido, cuenta Yolanda Camacho.

De acuerdo con ese conteo, más de 2.5 millones de personas se identificaron como afromexicanas. Es decir, representan el 2% de la población total del país. De ellas, más de 1 millón 297,000 son mujeres y 1 millón 278,000 son hombres. La mayor parte tiene entre 20 y 24 años de edad.

Guerrero es la entidad federativa con el mayor número de personas que se identifica como afromexicana, casi el 9% de su población se reconoce afrodescendiente. Le sigue Oaxaca, ahí el 5% de la gente ha asumido esa identidad. El tercer lugar lo ocupa Baja California Sur, donde el 3.3% de su población es afromexicana.

Gracias al Censo, ahora se sabe que 20% de las personas afromexicanas vive con alguna limitación física, discapacidad o problema o condición mental. Que casi 169,000 personas no saben leer ni escribir. Y que el 19% cuenta con estudios de nivel superior.

“Yo creo que en un próximo censo se van a arrojar número más importantes”, pues más personas tendrán la información y habrá mejores condiciones para identificarse como afromexicanas, dice Yolanda Camacho.

Un importante antecedente podría confirmar su pronóstico. En 2015, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) realizó la Encuesta Intercensal para actualizar la información entre el Censo de 2010 y el que habría de realizarse en 2020.

Fue la primera vez que incluyó la pregunta “¿Se reconoce afrodescendiente?”. En ese momento poco más de 1.3 millones de personas respondieron que sí. Cinco años después, esa cifra se duplicó.

El movimiento del pueblo negro en México llevaba varias décadas exigiendo que los censos nacionales incluyeran la pregunta. Pedía que, a la par, se les reconociera como sujetos de derecho en la Constitución y que se implementaran políticas públicas de información y sensibilización para que la gente pudiera saber su origen, identificarse con él y, con base en ello, responder a los reactivos del Inegi.

¿De qué va la propuesta de reforma?

En 2019, luego de un proceso de consulta y de una larga lucha, se reconoció en la Constitución la existencia de los pueblos y comunidades afromexicanas en el apartado C del artículo 2.

El nuevo proyecto de reforma modifica y amplía lo ya establecido y agrega el apartado D. Una de las partes más importantes es el reconocimiento de su “carácter de sujetos de derecho público”. Es decir, se les reconoce como personas, a partir de ahí, como personas con todos los derechos y con obligaciones.

El apartado C dirá también que tienen derecho a la protección de su identidad cultural, modos de vida, expresiones espirituales y todos los elementos que integran su patrimonio cultural, material e inmaterial y propiedad intelectual colectiva.

Tienen derecho a que se promuevan, reconozcan y protejan sus conocimientos, aportes y contribuciones a México. Ordena que se les incluya en los registros de producción de datos, información y estadísticas oficiales.

En el apartado D, por su parte, “se reconoce y garantiza el derecho de las mujeres indígenas y afromexicanas a participar” en el desarrollo integral, la toma de decisiones públicas; a la educación, la salud, la propiedad y la posesión de la tierra.

También reconoce y garantiza el derecho de la niñez, adolescencia y juventud afromexicana a la educación, la salud, cultura, el deporte y capacitación para el trabajo. Asimismo, a que vivan una vida libre de exclusión, discriminación y violencia.

A decir, de Yolanda Camacho, la reforma que presentó el Ejecutivo federal respetó lo que pidieron los pueblos afromexicanos. “En las noticias dicen que la iniciativa está mutilada, que no pusieron todo. No es verdad, nuestras demandas están ahí, sólo que están comprimidas en la redacción, están englobadas en algunas palabras”.

Las especificaciones se tendrán que hacer en las leyes, lo que se dice en la Constitución es la base, apunta.

En tanto, “estamos a la espera de que esta reforma sea aprobada”. Pero no es una espera inmóvil: “Nos han discriminado tanto tiempo, somos un pueblo tan marginado, que el trabajo de las organizaciones es mucho. Tenemos que informar sobre el pueblo afromexicano, decirle a la gente que tiene derechos y que somos parte de México”.

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