“Enfrente tenemos un falso ídolo con pies de barro, pero va a caer”: Xóchitl Gálvez en su cierre en Hidalgo

Áxel Chávez

En su lugar de nacimiento, el pueblo de Tepatepec, municipio de Francisco I. Madero, Hidalgo, la candidata a la Presidencia de la República por la alianza Fuerza y Corazón por México (PRI-PAN-PRD), Xóchilt Gálvez Ruiz, afirmó: “enfrente tenemos un falso ídolo con pies de barro, que se cree invencible, pero como todos los falsos ídolos, está condenado a caer”.

“En verdad se los digo: va a caer”, insistió en su cierre de campaña, frente a la casa donde vivió su niñez.

“En este lugar de piedras y arcillas, nací. Aquí entre los mezquites, con mis sabios ancestros, con mi familia, aprendí el valor de servir a los demás trepando los cerros, saltando los canales; somos ramas de un árbol muy antiguo, árbol de raíces milenarias”, afirmó.

De sus antepasados, mencionó, heredó esperanza y fe, “árbol del que viene lo mejor de México”, anclado en raíces profundas, dijo.

Por esas raíces, añadió, tuvo la fortaleza “para combatir al autoritarismo” al que, aludió, se enfrentó durante este proceso en busca de la primera magistratura.

“Les juro por nuestras raíces que no les fallaré, no les fallaré, no les fallaré”, repitió.

“Tepatepec es mi cuna, es mi hogar, es parte central de mi vida de la que me siento tan orgullosa.

“Aquí, en esta casa que construyó mi abuelo, fue donde crecí. Aquí en la plaza del pueblo fue donde vendía gelatinas y tamales para ayudar a mi madre. Sí, aunque algunos se burlen, yo sé lo que es trabajar duro desde niña”, remarcó, en referencia a la discusión pública sobre su origen y la historia que ha contado respecto a sus primeros empleos.

Dirigiéndose a quienes se congregaron, afirmó que siempre apoyará a quienes menos tienen.

“Aquí, en Tepa, yo aprendí lo más importante que hay en la vida, los valores. De mi tío Beto aprendí el trabajo y a ser creativa (…); de la tía Manuela, aprendí desde muy joven el valor al servicio a los demás, aprendí a dar sin esperar nada a cambio. De mi madre, aprendí lo más importante: la generosidad. Amar al prójimo compartiendo lo poco que teníamos. Recuerdo perfectamente su frase: ‘nunca te canses de dar’. De mi padre, aprendí el valor de la honestidad…”.

La tenacidad y la constancia, agregó, “me la enseñó la vida, por eso no me rindo ante nada y ante nadie”.

Hizo un repaso de personajes que, aseguró, le ayudaron en su etapa inicial, desde quienes lo hicieron con traslados al municipio vecino de Mixquiahuala, para que estudiara, hasta quienes le apoyaron con alimentación.

“Yo soy la niña de Tepa, la joven que se fue a la ciudad con una mano adelante y otra atrás. La mujer a la que muchas veces le dijeron que no podía estar ante ustedes.

“Vuelvo al hogar, vuelvo a Tepa, con ustedes, mi pueblo, mi gente, para pedirles su voto (…) y muy especialmente, vengo a pedirles su bendición, les pido que recen y oren por mí, porque el 2 de junio será un día muy importante; ese día, no sólo están en juego los cargos, está en juego el alma de México, (…) porque en este gobierno no se logró la paz”, recalcó sobre uno de los ejes en los que centró su crítica a la administración federal durante su campaña.

Citó 186 mil desaparecidos y orientó su último discurso en materia de seguridad: “México es un país con miles de fosas clandestinas y este gobierno ha decidido cerrarles las puertas a las madres buscadores”. De ganar, prometió ser una presidenta que se una a las búsquedas.

Posteriormente, sostuvo que el mandato morenista falló en salud, “no fuimos Dinamarca”; en educación “el 30 por ciento de las escuelas tienen riesgo en infraestructura y el 60 no tiene internet”, y que no acabó con la corrupción, su principal promesa proselitista: “ahí está Segalmex, Manuel Bartlett (expriista, director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en el mandato de Andrés Manuel López Obrador) y Ana Gabriela Guevara (directora de la Comisión Nacional del Deporte (Conade))”.

Pero la situación más grave, continuó, es la división entre los mexicanos, generada, aseveró, por quienes están frente al poder federal.

“Se lo digo de frente a mi pueblo, nunca me he robado un centavo. Esa casa es la misma de hace cien años”, indicó, para desligarse de corrupción.

“Se acabaron los abrazos a los delincuentes, vamos a aplicar la ley”, dijo casi al cierre; “enfrente tenemos un falso ídolo con pies de barro, que se cree invencible, pero como todos los falsos ídolos, está condenado a caer. En verdad se los digo: va a caer”.

Después de ello, la exsenadora hizo el último llamado al voto, y pidió no quedarse en eso, sino llevar a la familia y amigos a las urnas.

La candidata había mencionado que sentía este cierre de campaña más íntimo y espiritual, porque pensaba conectar con sus raíces, con su esencia y con la cultura a la que pertenece.

“Estuve viendo los detalles para llegar a mi sueño que era cerrar en Tepatepec, por qué ahí empezó todo (…) quiero que sea un evento discreto, pequeño, afuera de la casa donde nací, en la casa de Gabriel Ruiz y María Gálvez, ahí cerrar”, expuso en la previa.

Además de su familia, la acompañaron personas con las que cursó desde la educación básica hasta la preparatoria, antes de migrar a la Ciudad de México. Tras el discurso amenizó un trío huasteco. El énfasis final fue la petición de rezos y oraciones, más las alusiones a la fe y Dios.

Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz nació el 22 de febrero de 1963 en Tepatepec, un pueblo en el centro de Hidalgo, en la región geográfica conocida como el Valle del Mezquital, de ascendencia otomí. Es la primera originaria de esta entidad en ser candidata a la Presidencia del país. En la antesala de la nominación en el otrora dominante Partido Revolucionario Institucional (PRI) se quedaron personajes como Javier Rojo Gómez y el general Alfonso Corona del Rosal.

Otras notas que pueden interesarte