Cambio climático, ciberseguridad e inclusión, los 3 grandes retos que enfrenta el sector asegurador

Alba Servín

Ante este panorama, THB México, empresa internacional especialista en la intermediación de seguros, reaseguros y gestión de riesgos, identifica 3 desafíos que deben cumplirse con el propósito de robustecer la penetración de seguros en México, lograr más competitividad, y con ello, aumentar la inclusión en la industria.

1. Inclusión. Las compañías de seguros han logrado estabilizarse y superar los daños de la pandemia por Covid-19. “A pesar de haber presentado un crecimiento sostenido, los datos apuntan a que la tenencia de seguros aún no ha alcanzado la máxima penetración del mercado. La realidad es que esta ha quedado rezagada en comparación con el aumento de la población, por lo que una de las prioridades del sector es democratizar el acceso a este tipo de productos”.

Los especialistas indican que es importante que la industria aseguradora en México se apoye de las nuevas tecnologías para optimizar el proceso de contratación de pólizas y el ajuste de siniestros, no solo eliminando la burocracia, sino apostando por modelos digitales que ayuden a impulsar la transformación de este sector.

“Dichas soluciones innovadoras deberán adaptarse al contexto económico-social de los mexicanos y a esa parte de la población que aún no está asegurada. A través de la inclusión, se podrá atender a diferentes grupos, como las mujeres, las comunidades rurales y marginadas y sobre todo, a los trabajadores informales”, explican.

“Sin duda reinventar el sector va más allá de contar con soluciones innovadores, también se requiere de políticas públicas que incentiven la compra de seguros. Solo a través de la colaboración se logrará el crecimiento de la industria”, compartió Alfredo Careaga, director de desarrollo de negocios en THB México.

El directivo asegura que aquellas compañías que logren capturar este segmento podrán incrementar su participación de mercado de manera mucho más significativa de lo que lograrían sólo compitiendo por el segmento ya asegurado.

2. Seguros paramétricos. Año con año, los desastres naturales tienden a ser cada vez más catastróficos. Esto es como consecuencia del cambio climático y, sin duda, del calentamiento global.

A pesar de que las aseguradoras cuentan con la solvencia, para el sector es cada vez más arriesgado brindar pólizas en playas, por lo que a raíz de Otis se ha visto una fuerte reducción en la cobertura de riesgos en zonas costeras. Esto genera un problema pues a pesar de la baja tasa de penetración de seguros en el país, miles de personas y empresas compran seguros para cubrir sus bienes ante daños hidrometeorológicos todos los años.

“Adicional a huracanes de alto impacto, miles de mexicanos – incluyendo empresas y grandes corporaciones – han sufrido los estragos del cambio climático, con eventos atípicos como las sequías, que han perjudicado mayormente en el norte y centro del país, los cuales han sido acompañados de incendios forestales; así como los problemas de inundaciones con las lluvias y tormentas eléctricas”, explican.

“Ante esta situación, el mercado asegurador ha comenzado a optar por los seguros paramétricos como una alternativa. Este tipo de pólizas surgieron a finales de los años 90, como una respuesta innovadora para contar con un producto que tuviera un ajuste rápido (sin necesidad de evaluaciones de daños tradicionales) y que se pudiera medir de manera objetiva, especialmente en países con alta exposición catastrófica”.

Los seguros paramétricos se basan en parámetros predefinidos, como la magnitud de un terremoto o la cantidad de lluvia durante una tormenta, que en caso de suceder, permiten el pago instantáneo de la indemnización.

Careaga explicó que este tipo de seguros no son sustitutos perfectos a una póliza de seguros tradicional, ya que suelen tener límites de cobertura más reducidos, y pagan mientras se cumpla el parámetro, no si hay daño.

En el contexto actual de crecientes riesgos por fenómenos naturales, así como la reducción de capacidad y alza en precio de las pólizas de seguro tradicionales, se han convertido en una valiosa alternativa para empresas e individuos que buscan reducir su exposición a los crecientes riesgos derivados del cambio climático”.

3. Ciberseguridad, esencial para reducir el impacto de los ciberdelincuentes. Las empresas están cada día más expuestas a sufrir ataques cibernéticos, que son cada vez más sofisticados y agresivos. El año pasado, México recibió 94,000 millones de los 200,000 millones de intentos de ataques en la región de América Latina, de acuerdo con datos de Fortinet.

Ante lo anterior, es indispensable contar con una cobertura cyber, pues los avances en ciberseguridad se ven rebasados por los delincuentes. De acuerdo con datos de THB, se espera que el mercado de seguros cibernéticos crezca a una tasa compuesta anual de entre el 20 al 30 por ciento.

En México el crecimiento debería ser muy similar. En los últimos 5 años el país ha pasado por un proceso intenso de digitalización, en gran parte detonado por la pandemia de COVID-19. Esta transformación ha involucrado a todos los agentes económicos del país, desde las pequeñas y medianas empresas hasta los grandes corporativos y las instituciones gubernamentales. Al haber una presencia cada vez mayor de la economía digital en el país, es natural que se presente un aumento significativo en el número de ataques cibernéticos. Es aquí donde se vuelven clave las estrategias de administración de riesgos enfocadas al mundo cibernético, incluyendo la prevención de ataques y la mitigación de sus efectos.

“Nuevamente, el sector asegurador debe impulsar de manera indirecta políticas públicas, pues muchas aseguradoras están exigiendo contar con un sistema de prevención robusto y ciertos controles mínimos, como por ejemplo los Multi Factor Authentification (MFA) y los Firewalls, a quienes quieran contratar un seguro cyber”, compartió Alfredo Careaga.

“El sector asegurador, que tradicionalmente es lento en la adopción de nuevas tecnologías deberá tomar una postura más proactiva y ágil para poder adecuar sus soluciones a una nueva realidad. Sin embargo, para robustecer la cultura de la prevención también es importante impulsar políticas públicas aterrizadas al contexto socioeconómico del país, que no solo permitan mayor concientización, sino facilitar los procesos de adquisición de seguros”.

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