El 15 de febrero se celebra el Día Internacional contra el Cáncer Infantil

Cáncer infantil o cáncer pediátrico es el cáncer que afecta a niños y jóvenes. Es importante destacar que cuando el cáncer afecta a un niño o a un joven lo hace en forma distinta a como afecta a los adultos.

Por ejemplo, muchos de los tipos de cáncer que se dan en la adultez son resultado de la exposición a agentes productores de cáncer como tabaco, dieta, sol, agentes químicos y otros factores que tienen que ver con las condiciones ambientales y de vida. Mientras que las causas de la mayoría de los tipos de cáncer pediátricos son, todavía, desconocidas.

Los tipos de cáncer más frecuentes en la adultez son: cáncer de pulmón, de colon, de mama, de próstata y de páncreas. En tanto en los niños y adolescentes, los más frecuentes son: leucemias, tumores de sistema nervioso, de hueso, del sistema linfático (linfomas) y de hígado. Cada uno de éstos se comporta en forma diferente pero todos se caracterizan por la proliferación descontrolada de células anormales.

La mayor parte de los adultos que padecen cáncer pueden ser tratados a nivel local, en sus comunidades de residencia. En cambio, el cáncer infantil no es tratado por el pediatra. Un niño con cáncer debe ser diagnosticado con precisión y tratado por equipos de especialistas en oncología pediátrica. Estos equipos se encuentran generalmente en los grandes hospitales pediátricos, en centros de alta complejidad o centros universitarios de referencia.

Otra diferencia a destacar es que el cáncer infantil tiene en la mayor parte de los casos un mejor pronóstico que el de adultos. Es importante entonces que todos los niños accedan al tratamiento adecuado en el tiempo indicado.

El tratamiento supone grandes exigencias para los niños y sus familias: durante un tiempo más o menos prolongado deben armar su rutina familiar en función del hospital, de los horarios y de los cuidados que requiere el niño enfermo. El niño debe soportar procedimientos dolorosos, tomar medicaciones, hacerse estudios, soportar restricciones a lo que eran sus actividades cotidianas antes del diagnóstico y ver limitada su vida infantil. Los papás deben aprender gran cantidad de información, deben aprender los códigos de la institución en la que su hijo se trate, lidiar con las obras sociales y con el banco de drogas, explicarle a familiares y amigos la evolución del niño, cuidar a los hermanos sanos en caso de que los hubiera, resolver su situación laboral, seguir funcionando como soporte de su hijo, etc.

Como hemos mencionado, la experiencia de un niño con cáncer y su familia es altamente estresante. Sin embargo es una oportunidad para reconocer fortalezas, cambiar roles, aceptar ayudas, aprender de otros que pasaron por la misma situación y compartir intensamente el tiempo en familia. Para que esto suceda además de los recursos internos de la familia es importantísimo el soporte que la comunidad puede brindar, perdiendo el miedo a acercarse, el temor a impresionarse, valorando que más allá de estar enfermo de cáncer es un NIÑO que necesita jugar, ir a la escuela, distraerse, relacionarse, insertarse socialmente, crecer y desarrollar sus potencialidades.
Morbilidad

En México se estima que existen anualmente entre 5,000 y 6,000 casos nuevos de cáncer en menores de 18 años. Entre los que destacan principalmente las leucemias, que representan el 52% del total de los casos; linfomas el 10% y los tumores del sistema nervioso central el 10%1.

La sobrevida estimada en México es del 56% del diagnóstico.

La razón de Incidencia de casos de cáncer es de 9 casos por 100 mil menores de 18 años para población no derechohabiente en la República Mexicana.

Mortalidad

México tiene un promedio anual de 2,150 muertes por cáncer infantil en la última década.

El cáncer infantil es la principal causa de muerte por enfermedad en mexicanos entre 5 y 14 años de edad, conforme a las cifras preliminares 2013 reportadas en el Sistema Estadístico Epidemiológico de las Defunciones (SEED)3.

Infraestructura de atención
Actualmente México cuenta con 54 Unidades Médicas Acreditadas (UMA) para la atención de pacientes menores de 18 años con cáncer. Estas UMA se encuentran clasificadas de acuerdo al número de acreditaciones de la siguiente manera:

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Signos y síntomas de alerta para sospechas de cáncer de menores de 18 años

Si tu hijo presenta uno o más de los siguientes síntomas o signos (manifestaciones), acude al médico:

Fiebre (calentura) en varias ocasiones o que dure varios días y no ceda a tratamientos comunes.
Sudoración nocturna o excesiva (mucha).
Palidez progresiva, fatiga, cansancio o apatía sin causa aparente.
Pérdida de peso.
Pérdida del apetito (hambre).
Cambio en el color de la orina.
Sangrados frecuentes de nariz o de encías al cepillarse los dientes.
Puntos rojos o morados en la piel (petequias) o moretones sin causa aparente.
Crecimiento de bolitas (ganglios) progresivo en cuello, axilas o ingles, sobre todo si son duros, grandes y sin datos de infección, que no disminuyen con medicamentos (desinflamatorios).
Crecimiento irregular en abdomen (estómago) o en cualquier parte del cuerpo.
Reflejo blanco en ojo (pupila).
Desviación de uno o ambos ojos, con o sin crecimiento.
Dolor de cabeza que desaparece durante el transcurso del día, empeora por la noche, también con el tiempo, no cede con la ingesta de medicamentos, despierta al paciente y es asociado a nausea o vómito, que puede estar acompañado de cambios de la conducta o alteraciones neurológicas (mareos, movimiento involuntarios, convulsiones, hormigueo, pérdida del equilibrio, alteraciones al caminar y/o pérdida de sensibilidad).
Dificultad para respirar sin causa aparente.
Dolor de huesos y articulaciones. Cojera al caminar y aumento de tamaño de la pierna que molesta.
Una masa (bola) dura, poco o no dolorosa, en un testículo.

Acude a tu Unidad de Salud para realizar un diagnóstico oportuno de la enfermedad.

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