Abusivo litigar en los medios

Por: Ricardo Espinosa de los Monteros Zazueta

El derecho a la libertad de expresión es un baluarte de la democracia y tutela uno de los derechos humanos más importantes, incorporados en nuestra ley fundamental.

Como dijo Thomas Jefferson, (hoy citado por Raymundo Riva Palacio): más valen los excesos, que sus limitaciones (sintetizo).

Sin embargo, eso no significa que quien violente otro derecho, con el indebido ejercicio de la libertad de expresión, no pueda ser sujeto a juicio por daño moral.

Héctor Melesio Cuén Ojeda, el Presidente Peña Nieto, el gobernador del Estado y cualquier político o ciudadano, tiene expedito su derecho para demandar por daño moral, cuando su patrimonio jurídico intangible (buen nombre y personalidad) han sido conculcados por escritos que se consideran infamantes, mentirosos y falaces.

La veracidad, uno de los sagrados valores del periodismo, parece ser un indeseable invitado en el diarismo nacional, (Raúl Trejo Delabre, dixit), sobre todo en el género de columna de opinión.

Es una monstruosidad jurídica, pensar que la libertad de expresión es una patente de corzo. Y si se piensa en la prensa como el cuarto poder, ergo, también tendrá sus mojoneras y limitaciones, que no son otras que el respeto del derecho ajeno, aun estos sean intangibles, pero, a mi juicio, al mismo nivel que la libertad de expresión.

Los derechos humanos, antes garantías individuales, también tutelan uno de los más sagrados derechos humanos, como es la dignidad y el buen nombre. Esos por los que nuestros abuelos se retaban en duelo, a muerte. Esos, por los que vale la pena vivir. Esos por los que luchamos día a día. Esos que serán el más preciado legado para nuestros hijos. Esos para los que la legislación constitucional y local otorga a los ciudadanos, (políticos o no), el derecho de demandar en defensa del honor y del buen nombre.

¿Qué de malo tiene su ejercicio?… La señora Guerra parece asustada. Argumenta que es la primera vez que se da en Sinaloa, una demanda por daño moral, por esos motivos… ¿Y?…

¡Pues qué bueno que se den, en nuestro país!… ¡En nuestro estado no debe haber diferencias ante la ley!…

Esa es la norma constitucional: a un derecho corresponde una obligación y Héctor Melesio Cuen está ejercitando un derecho y por eso no lo debemos de demonizar, como tampoco victimizar a la señora Guerra. ¿Que no es ella Docta en Derecho?… ¿ De qué se paniquea?…

Es impertinente y abusivo que la señora Guerra, pretenda, a través de una entrevista, litigar en los medios y pretender escalar este juicio mediático con fines de denuncia nacional, cuando su defensa se debe dirimir en un tribunal jurisdiccional.

Es abogada. Que se circunscriba a los autos del juicio y que exprese sus defensas y excepciones y que no abuse de los espacios para expresar supuestos agravios, que debe externar ante un juez civil.

Un último comentario: La ex actriz y viuda del ex presidente José López Portillo, Sasha Montenegro, ganó un juicio por daño moral, a la periodista Isabel Arvide.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación le dio la razón a la señora Montenegro, (esto por aquello que la señora Guerra se da vencedora por anticipado); e incluso, se le embargaron bienes para garantizar la condena económica de la que fue objeto.

El terreno debe ser parejo. Nada, ni nadie, por encima de la ley, periodistas incluidos; esa es la máxima premisa de una verdadera democracia deliberativa.

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