Quirino con los enemigos de la UAS

Jaziel Trasviña

En la brega político-electoral por la gubernatura de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel dejó en claro a la sociedad que no quiere a la Universidad Autónoma de Sinaloa.

El candidato de Enrique Peña Nieto mandó otra vez lecturas de que si el voto ciudadano lo lleva a la gubernatura de Sinaloa premiará a quienes desfilan al compás de la corrupción y el saqueo.

No se puede tener otra apreciación: al ser impuesto por Enrique Peña Nieto-Manlio Fabio Beltrones y otros personajes de trayectoria obscura candidato del PRI-PVEM al gobierno de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, sumó a su proyecto a lo peor de la vieja universidad, a personajes que le han hecho mucho daño a la UAS en su interior y a exterior.

Sumó a su causa, a su equipo de “trabajo”, a ex universitarios, de baja ralea, que una y otra vez han intentado destruir al alma mater y desacreditar a todo aquel que aporte sus esfuerzos en pos del rescate académico, cultural, administrativo y financiero de la UAS.

Quirino lo sabe, pero es tanto su odio a la UAS –es el clásico juniors en su etapa adulta “educado” en universidades privadas-, es tanta, pues, su desafección que no reparó en reclutarlos para atacar a la fuerza intelectual-ciudadana que le disputa, con la multiplicación de voluntades de miles de habitantes, la gubernatura de Sinaloa.

Fue así que la semana pasada, Quirino instruyó a su “gente” para celebrar un acto cumbre con “universitarios”.

El plan quirinista era tener un encuentro con 3 mil o más miembros de la comunidad uaseña. Orientados por los estrategas del PRI-PVEM, recomendaron a los organizadores del evento a que adiestraran a los asistentes para que gritaran consignas. La reunión no se celebraría entonces para presentar una propuesta universitaria sino para crear un escenario de linchamiento contra la UAS y el dirigente del PAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda.

En la organización del evento participaron los enemigos tradicionales de la UAS: Marco Antonio Medrano, Aarón Quintero Pérez y otro más, entre ellos el “nuevo priista” y ex rector de la UAS, Rubén Rocha Moya.

Marco Antonio Medrano fue el encargado de convocar a los “universitarios” al encuentro con el candidato de Enrique Peña Nieto-PRI-PVEM, Quirino Ordaz Coppel ¿Por qué Medrano? Porque se suponía, en el campamento del PRI, que mantenía un fuerte arrastre al interior de la universidad.

Medrano aprovechó su posición de “amigo” de Andrés Manuel López Obrador, dirigente nacional de Morena e invitó a los universitarios usando el membrete de un supuesto “Movimiento Estatal de Trabajadores Activos y Jubilados”, que adquirió ya el rango de apéndice del PRI.

¿Qué fue entonces lo que pasó? Que no se cumplieron las expectativas: Medrano y sus organizadores “llenaron” el Salón Metropolitan, no con 3 mil universitarios, sino con alrededor de 400 personas: 50 trabajadores administrativos de la UAS y colonos y militantes de Morena, a quienes se les pagó para hacerse pasar como universitario y que gritaran consignas contra Cuén. Grito pagado grito lanzado.

Fue un grito falso. El alma, la vida, el corazón y el pensamiento de la UAS, lo integran más de 150 mil universitarios.

No faltó por ahí un loco, Medrano, que gritó que en la UAS no hay libertad de expresión cuando es precisamente ese grupo externo, enemigo de la UAS, el que más ejerce esa libertad rayando incluso en la difamación y la calumnia.

Medrano prácticamente ofreció, en sus odios y amarguras, apoyo a Quirino para romper la autonomía universitaria.

¿Qué hace entonces Quirino con este grupo de esquiroles universitarios? Buscar votos: engañar a la sociedad. Discursear en el vacío. Exhibir sus apetitos por privatizar a la UAS; por imponer un sistema de cobro de inscripciones y mensualidades alejadas de la capacidad económica del pueblo de Sinaloa.

¿Quiénes son estos tipos que usa Quirino para desprestigiar a la UAS y a atacar a su principal opositor?

El fallido candidato a diputado federal de Morena por el Séptimo Distrito Electoral Federal y “Promotor de la Soberanía Nacional” de Culiacán, Marco Antonio Medrano Palazuelos, quien se dice plenamente identificado y respaldado por el dirigente nacional del Morena, Andrés Manuel López Obrador.
Rubén Rocha Moya, dos veces candidato de la “izquierda” al gobierno de Sinaloa y actualmente asesor de Quirino Ordaz Coppel y del ex gobernador priista Jesús Aguilar Padilla, operador de Quirino.
Aarón Quintero Pérez, ex dirigente sindical de académicos en la UAS.
Ninguno de los tres, ni Marco Antonio Medrano, ni Aarón Quintero ni Rubén Rocha son trabajadores en activo de la universidad. Dos, Medrano y Aarón, fueron expulsados por negarse a presentarse a sus centros de trabajo a cumplir con sus obligaciones laborales.

En el 2010, este mismo grupo, incluyendo a Audómar Ahumada, Juan Nicasio Guerra Ochoa, Claudia Morales, Teresa Guerra, entre otros, manejó a la “izquierda” de la UAS a favor de Mario López Valdez, en aquel entonces candidato del PAN-PRD-PT. Hoy están montado en el proyecto del PRI-PVEM.

Tome nota de los antecedentes del paso de estos personajes por la UAS: Marco Antonio Medrano. Al frente de la secretaría Trabajo del sindicato de administrativos contrató (vía propuesta sindical) alrededor de 400 personas sin tener ningún derecho o relación escalafonaria. Amigos, compadres, vecinos o cualquiera que estuviera dispuesto a cubrir la “cuota de ingreso”, fue merecedor de su propuesta de ingreso.

Medrano también acaparó los negocios de venta de ropa, zapatos, chamarras con los logos oficiales de la UAS, descontados vía nómina; actualmente, desde “afuera”, opera la caja de ahorro de la apócrifa asociación de jubilados, prestando dinero a sus “representados”, cobrando intereses muy altos y repartiendo las ganancias entre unos cuantos.

El 2010 después de perder las elecciones por la secretaría general del Suntuas-administrativos, Medrano se negó, por varios meses, a prestarse a su centro de trabajo y se le rescindió el contrato laboral.

Rubén Rocha Moya (fue rector en el periodo 1993-1997). En las elecciones de 1986 fue postulado candidato al gobierno de Sinaloa por la coalición Movimiento Popular Sinaloense. Las brigadas de Rocha operaron en la mecánica de una estrategia del PRI para ayudar a consolidar el triunfo del Francisco Labastida Ochoa, victoria calificada por la dirigencia de PAN de fraude electoral.

En las elecciones de 1998 lo postuló el Partido de la Revolución Democrática, el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México. Se movió en las zonas de influencia/presencia del PAN y ayudó así al triunfo de Juan S. Millán Lizárraga. En pagó se le incluyó en la nómina estatal en la que cobraba por medio de una consultoría.

En el 2004 participó activamente en la campaña a gobernador del candidato del PRI, Jesús Aguilar Padilla, quien lo designó su “coordinador de asesores”. Con él trabaja en el desarrollo de estrategias políticas universitarias en apoyo a Quirino Ordaz.

Aarón Quintero Pérez. Es la viva imagen de la vieja UAS. Es un defenestrado dirigente sindical que fundó la corriente “aaronistas”, grupo de choque que operó en la universidad por cerca de dos décadas. “Maestros” que nunca daban clases, enemigos del gis que en lugar de academia e investigación eran eruditos en tomas, huelgas y plantones, lograron amasar un poder plenipotenciario fincado en el terror y la presión, al grado que se creían dueños de la institución educativa.

Aarón Quintero en la secretaría general del sindicato académicos operó el mayor fraude laboral en la historia de la institución: repartió cientos de tiempos completos, asignación de cargas académicas, plazas, bases, y direcciones de escuelas para sus más cercanos, todo en el marco de un proyecto muy claro: consumar la “universidad fábrica”, de la cual pudieran echar mano para cualquier proceso electoral. Para cualquier movimiento radical, también.

Aarón Quintero se desempeñó también como director general de recursos humanos de la UAS, donde hizo el negocio redondo: una investigación arrojó que más de 100 trabajadores administrativos contaban cada uno con 10 horas clases, pagadas por la institución y ordenadas directamente por Quintero, para su proyecto personal.

En el 2005 después de 8 meses de no acudir a dar clases Aarón Quintero fue expulsado de la UAS: las autoridades le rescindieron el contrato de trabajo después llamarlo en varias ocasiones a que regresara a las aulas, negándose siempre a cubrir su jornada laboral.

El encuentro de Quirino Ordaz con los “universitarios” fue un fracaso: 400 personas respondieron a la convocatoria. 50 trabajadores administrativos; el resto militantes de Morena y colonos disfrazados de universitarios, que gritaban consignas previo pago.

La UAS la integra una comunidad de más de 150 mil personas, entre alumnos, personal académico y administrativo.

Publicado en Proyecto3.mx

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