Superemos el “espejismo de la igualdad”; Premio Elvia Carrillo Puerto

Leticia Robles de la Rosa

Los avances en la cultura de la igualdad son significativos, pero aún hay retos fuertes por superar y riesgos que se enfrentan cada día, como el “espejismo de la igualdad”, que desvirtúa el objetivo de la lucha de las mujeres y genera “efectos perversos” al exacerbar estereotipos para descalificarla, alerta Gloria Ramírez Hernández.

Coordinadora del Centro de Estudios Teóricos y Multidisciplinarios en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Gloria Ramírez Hernández recibe hoy el máximo galardón que entrega el Senado para el reconocimiento del trabajo de las mujeres en generar una cultura de igualdad, el Reconocimiento Elvia Carrillo Puerto, y en entrevista con Excélsior lamenta que se confunda la lucha por una sociedad igualitaria con un afán de descalificar a los hombres.

Gloria Ramírez cita a Amelia Valcarcel para referirse a su concepto del espejismo de la igualdad, pues se trata de un reto muy importante, porque se ha generado un concepto equivocado del feminismo y se han radicalizado posiciones, pero al mismo tiempo se habla de la igualdad.

“Son las responsabilidades de hombres y mujeres que se van a extremos y que no entienden que la lucha por la igualdad no es una lucha contra el hombre. No es una lucha para hacernos como ellos. No es una lucha para lograr lo que ellos, sino que es una lucha por una sociedad democrática, igualitaria y justa y en ese marco se confunde”, explica la especialista.

Feminista, la doctora en ciencias sociales por la Universidad de París, explica así que exista una serie de descalificaciones hacia la lucha de las mujeres, reflejadas en redes sociales con conceptos como “feminazis” y con comportamiento de mujeres que se autodenominan “luchonas” y descalifican per se a los hombres, a quienes consideran enemigos.

“Hay un contexto en el que estos efectos perversos de la igualdad, que se dan tanto en hombres como en mujeres, que se necesita de una formación en torno a los verdaderos significados de la igualdad y en eso las universidades tenemos mucho por hacer.

“Tengo alumnas que me dicen que no deben existir en el metro vagones exclusivos para mujeres, a pesar de que es una medida precisamente afirmativa para resguardar su integridad, mientras se educa y se forma en el respeto. Tenemos una responsabilidad como padres, como profesores y como jóvenes de no irse por el espejismo de una igualdad falsa… usar la palabra feminazi es una agresión que denota la ausencia de una cultura de la tolerancia”, lamenta.

Premio Unesco de Educación en Derechos Humanos 1996, Ramírez Hernández lamenta que entre los retos a superar estén las propias mujeres que reproducen la cultura patriarcal y se convierten en enemigas de las propias mujeres.

“Ahorita tenemos un caso muy grave. La red Mesa de Mujeres en Ciudad Juárez defiende a María Guadalupe Pereda Moreno, una joven madre de 19 años de edad que está presa desde el 14 de octubre, vinculada a un proceso de homicidio simple, a partir de una resolución dictada el 21 de octubre del 2015, por haber matado a su marido en legítima defensa.

“Ya los abogados han demostrado la legítima defensa, pero la jueza Yira Celida Ochoa no tuvo a bien incluir en su razonamiento un análisis con perspectiva de género y, por el contrario, utilizó en su resolución un criterio que normaliza la violencia contra las mujeres.

“Hay una cultura hecha para criminalizar a la mujer, en lugar de tomar las medidas de igualdad, en la aplicación de la justicia, pero también tenemos casos como las presidentas municipales en Chiapas, en Guerrero y en Oaxaca o que están en otros estados y que logran acceder al territorio que era como coto vedado del patriarcado o de algunos líderes políticos, entonces reciben toda la violencia, amenazas física.

“Tenemos que buscar medidas. Legislar desde luego en materia de violencia política, aquí llevan muy fuerte el tema las senadoras, pero todavía no se concreta y después buscar acompañamientos en casos en los que vemos toda esa cultura patriarcal ensañarse con mujeres que son indefensas y que viven en sí mimas como una situación de agresión”, plantea.

Pero la ganadora del Reconocimiento Elvia Carrillo Puerto también hace aclaraciones respecto al comportamiento de las mujeres que son adversarias de mujeres, pues deja en claro que es la misma estructura patriarcal la que las lleva a asumir esa posición, y a otras a sentirse culpables por la formación de hijos con perfiles machistas.

“Lo que tenemos que buscar es cambiar nuestra mirada, porque nos dicen, ‘la mujer es culpable de que los hombres sean machos’, pero no es así. Siempre se busca culpabilizar en todo a la mujer.

“Formarse en la igualdad, formarse en el respeto de los derechos humanos tiene que ser lo mismo para hombres que para mujeres. En una familia, en un hogar hay un hombre y una mujer; el hombre ausente también está pasando un mensaje; el hombre que se le atiende en prioridad a su hermana, eso es pasar un mensaje.

Además, son mujeres que reproducen esa cultura, eso es lo que aprendieron y se da en todos los estratos sociales, entonces, las mujeres no son las culpables del machismo”, resalta.

Y en esta lucha por vencer el “espejismo de la igualdad” y la dinámica misógina, Gloria Ramírez considera que el premio que hoy le entrega el Senado, de manos de su presidente Pablo Escudero, es un avance significativo.

“Es muy importante que se otorgue a una académica; es una gran distinción, porque estamos cerca de la sociedad civil; estamos cerca de las organizaciones de mujeres, que hemos formado parte de movimientos, de organizaciones y que utilizamos la academia, desde la investigación, para encontrar respuestas a las graves obstáculos del ejercicio de los derechos de las mujeres.

Publicado en Excelsior

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