Las madres de ahora se emplean y tienen menos hijos

Nelly Toche

Las madres en la sociedad mexicana tienen un valor incalculable y ocupan un lugar virtuoso en cada hogar, pero, además, desde un contexto social, cultural y económico son pieza clave para el desarrollo del país.

Hoy contamos con madres trabajadoras, empresarias, cubriendo el rol de ambos padres y todo ello sin desatender su responsabilidad en casa.

Podemos revisar y confirmar desde la estadística el papel fundamental de la madre, así sabemos que para empezar tenemos 32.7 millones de mamás en México; que hoy se tienen menos hijos, entre 1960 y el 2014 la tasa global de fecundidad ha descendido de 7 a 2.21 hijos por mujer, según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica; que muchas de ellas lo hacen sin ayuda de un hombre, en el 2015, de las mujeres de 12 y más años con al menos un hijo nacido vivo, 27.8% ejerce su maternidad sin pareja. De ellas, 21.3% estuvo alguna vez unida mientras que 6.5% es madre soltera.

Según datos del Inegi, las mujeres mexicanas tienen hijos de los 20 a 29 años con un 56.2%, pero la cifra alarmante es que 7.8% de las adolescentes entre 12 y 19 años ya han procreado, ésta es una condición de riesgo según la Organización Mundial de Salud (OMS), no sólo por las posibles dificultades durante la gestación y el parto, sino porque ello también vulnera su posición en la sociedad.

En total, 88.7% de las mujeres en nuestro país con 30 y más años ya han sido madres. Pero también habría que destacar que aproximadamente 11%, por distintas causas, no es madre en nuestro país.

De las mujeres con hijos, 19.6% tiene solo uno; el mayor porcentaje (26.7%) tiene dos hijos; 22.5% tiene tres; 11.5% es madre de cuatro hijos y 19.7% tiene cinco o más.

Madres trabajando

Diversos organismos internacionales han fomentado el empoderamiento económico de las mujeres, ya que “contribuye directamente a la igualdad de género, la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico inclusivo”, expresa la Organización de las Naciones Unidas y establece que una mayor escolaridad permite a las mujeres, entre otras cosas, acceder a mejores oportunidades económicas, tener una mayor autonomía, capacidad de decisión y modificación de sus expectativas de vida, incluyendo sus pautas reproductivas.

El análisis de la tasa global de fecundidad por nivel de escolaridad muestra que a mayor nivel de escolaridad es menor la fecundidad. Para el trienio del 2011 al 2013, la tasa para las mujeres sin escolaridad es de 3.30 hijos por mujer y para aquellas con estudios de preparatoria o superiores la tasa se reduce a 1.79 hijos.

Las mujeres con hijos que se insertan en el mercado laboral tienen que combinar la crianza de los hijos y los quehaceres domésticos con sus actividades laborales. La complejidad que implica esta combinación puede ser un factor para que las mujeres decidan postergar el momento de convertirse en madres o ampliar el espaciamiento entre sus hijos.

Para el trienio del 2011 al 2013, la tasa global de fecundidad de las mujeres económicamente activas es de 1.76 hijos por mujer; es decir, casi un hijo menos respecto a las mujeres que no están incorporadas en el mercado laboral mexicano (cuya tasa es de 2.75 hijos por mujer).

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, en el cuarto trimestre del 2016 la tasa de participación económica de mujeres de 15 y más años es de 43.3 por ciento. Prácticamente es la misma tasa para las mujeres con al menos un hijo nacido vivo (43.4%) y las mujeres sin hijos (43.2 por ciento).

Con respecto a la unidad económica donde laboran: 31.5% de las madres ocupadas trabaja en el sector informal; 38.6% en empresas y negocios y 16.1% en instituciones públicas o privadas. Referente al tipo de ocupación, la mayoría es comerciante (26%), trabajadora en servicios personales (25.4%), trabajadora industrial, artesana y ayudante (18.9 por ciento).

Cabe destacar que mujeres que no tienen hijos cuentan con un perfil ocupacional muy distinto. La mayoría trabaja en empresas (53.1%) seguido por aquellas que laboran en el sector informal (18.5%) y en instituciones públicas o privadas (18.8 por ciento).

Mortalidad materna

Según la OMS, la mortalidad materna es la principal causa de muerte entre mujeres en edad reproductiva a nivel global. El organismo internacional estimó que en el 2015 a nivel mundial 303,000 mujeres murieron a causa de enfermedades y complicaciones relacionadas con el embarazo, parto o puerperio.

Asimismo, la Organización Panamericana de la Salud considera que la mortalidad materna representa un grave problema de salud pública y, en la mayoría de los casos, se debe a causas evitables con los recursos disponibles en la medicina actual.

La mortalidad materna se considera un indicador de desigualdad y rezago social, ya que es en los países y zonas de menor desarrollo económico en donde ocurren en mayor número y son las mujeres pobres las que tienen mayor riesgo de morir por estas causas.

En México, según datos del Consejo Nacional de Población y el Subsistema de Información sobre Nacimientos, la razón de la mortalidad materna ha disminuido de manera importante en las últimas décadas: pasó de 88.7 defunciones maternas por cada 100,000 nacidos vivos en 1990 a 34.6 en el 2015.

En el 2015, las entidades donde se reportó la mayor cantidad de muertes maternas por cada 100,000 nacimientos son Chiapas (68.5) y Nayarit (66.9), siendo las únicas con más de 65 muertes. En oposición, Quintana Roo (20.7), Tlaxcala (20.1) y Querétaro (14.9) tuvieron menos muertes.

Publicado en El Economista

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