Mónica Flores, presidenta de la AmCham; una mujer que rompió el techo de cristal

Karla Ponce

Mónica Flores es una de las pocas mujeres en el país que ha logrado romper el techo de cristal, como se denomina a ese obstáculo invisible en la carrera laboral de las mujeres que les impide llegar a cargos de liderazgo. ¿Cuál ha sido su estrategia? La valentía.

Para la primera mujer mexicana en estar al frente de American Chamber of Commerce of Mexico (AmCham México), organización que aglutina a mil 450 compañías estadunidenses, las cuales representan cerca de 70 por ciento de la Inversión Extranjera Directa y alrededor de 30 por ciento de la fuerzalaboral del país, una de las razones de que pocas mujeres tengan cargos de liderazgo es el miedo.

Podemos decir que hay mucho que hacer en materia de políticas públicas que incentiven la incorporación de mujeres a los puestos de liderazgo, pero el primer paso lo debemos dar nosotras mismas, debemos vencer los estereotipos, las culpas y los miedos… La valentía viene de adentro, no de un decreto o del establecimiento de cuotas de género”.

Para la también presidenta para Latinoamérica de la consultoría especializada en soluciones de capital humano, ManpowerGroup, en la que es responsable de la operación en 18 países, lo que representa más de tres mil 500 colaboradores staff y más de 120 mil empleados tercerizados, la inclusión laboral no es un tema que sólo compete a las mujeres, sino también a los hombres.

Necesitamos más hombres feministas, más hombres que se atrevan a decir que les toca recoger a los niños de la escuela o que dedicarán sus tardes al cuidado de los niños porque sus esposas están de viaje de trabajo. Ellos también tienen que ser valientes para que las mujeres podamos ser líderes”.

Mónica no titubea al decir que tiene un compañero de vida, al cual conoció en una fiesta cuando era estudiante universitaria para reencontrarlo 10 años después en el mundo de los negocios, con mentalidad feminista, lo que además le permite participar en diferentes consejos de instituciones educativas, gubernamentales y empresariales como la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE). “Con un compañero con una mentalidad distinta, no estaría aquí o mi vida sería un martirio”.

Por si fuera poco es autora del libro Cómo conseguir tu primer trabajo, una guía para apoyar a los jóvenes en su integración al mundo laboral. “Obviamente no soy perfecta, como hay días buenos en el trabajo, en algunos otros me va muy mal; algunas veces consigo encargarme de que haya jamón en el refrigerador pero otras veces acepto que mi casa no está perfectamente limpia; algunas ocasiones salgo mucho de viaje, lo que no me deja tiempo para convivir en persona con mi hija, mi esposo, mis padres y mi demás familia, pero busco compensarlo en otros momentos”.

EL DESAFÍO COMERCIAL

Mónica no sólo es valiente y feminista, también es una buena estratega, aseguran los empresarios que la conocen, por ello fue elegida, casi de forma unánime, para liderar la AmCham México, una posición que cobra singular importancia para la iniciativa privada, tanto estadunidense como mexicana, frente a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Y ella tiene claro el desafío que enfrenta y el trabajo que debe realizar: “la razón de ser de la AmCham es fortalecer la relación de México y Estados Unidos, que hoy más que nunca, es clave, por eso nos concentraremos en impulsar la construcción de un ambiente de negocios atractivo para que la inversión genere mejores oportunidades en ambos lados de la frontera”.

Por ello, está convencida de que la renegociación del acuerdo firmado en 1992 es positiva debido a que después de más de dos décadas el mundo ha cambiado. “Se deben integrar industrias que en ese tiempo no se consideraron como la energética, las telecomunicaciones y el comercio digital; además el documento tiene áreas de oportunidad, por eso no debemos satanizar este proceso porque puede traer beneficios aún mayores para la región”.

En su opinión, es indispensable incorporar “las reglas del juego” en materia laboral para garantizar que los trabajadores de los tres países cuenten con pagos justos, seguridad social además de capacitación.

Asegura que las empresas que integran AmCham México ya han aportado sus ideas propositivas a las autoridades mexicanas, que son las que abrieron el proceso de consulta con la iniciativa privada en la materia, además de que están en constante comunicación con los corporativos en Estados Unidos para que tengan información que les sirva para incidir en sus representantes.

CIMIENTOS FUERTES

Mónica cursó la educación básica y el medio superior en una escuela privada de monjas, posteriormente ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde estudió Actuaría. Cuenta con una maestría en Filosofía, así como con un master en Dirección de Empresas. Además su desarrollo académico incluye diplomados en Filosofía e Historia de la Cultura en México.

Pero los cimientos de su vida los pusieron sus padres. “Mi papá siempre me dijo: sé lo que quieras ser, no importa, pero sé la mejor en ello. Mientras que mi mamá me repetía constantemente que tenía que ser económicamente independiente para tomar mis propias decisiones y también para darme mis gustos. Yo no entendía eso cuando era chica, pero hoy no me imagino mi vida si no trabajara”.

Estos valores, que comparte con su hermano siete años mayor que ella, son los que definieron su camino. Y le han dado frutos. A nivel global fue nombrada como una de las 10 principales promotoras de la diversidad en las empresas.

Las mujeres hemos avanzado mucho, pero todavía no lo suficiente. Debemos hacer ruido con los tacones y no estar calladitas, dar más ideas en voz alta y no en susurros”, recomendó.

Publicado en Excelsior

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