Diputada del PAS, Angélica Díaz exhorta a rescatar las tradiciones mexicanas como el Día de Muertos.

Al rescate de las tradiciones mexicanas, sin distorsionarlo con festejos extranjeros que se han incrustado en nuestra cultura por falta de divulgación entre las nuevas generaciones, exhortó en tribuna a la sociedad en general, la diputada del Partido Sinaloense, Angélica Díaz de Cuén, en la víspera del festejo del Día de los Muertos, considerado por la UNESCO como “Obra maestra del patrimonio cultural de la humanidad”.

En este sentido, al ser el Día de Muertos un Patrimonio Cultural de la Humanidad, lo vuelve objeto de protección de los derechos humanos culturales, por ello, todas las autoridades están obligadas a velar por su respeto, protección y cumplimiento, debiendo atenderse las obligaciones de carácter general afines a todos los derechos humanos.

México posee una innegable facilidad para reírse de las tragedias, para encontrar humor en aquello a lo que se le teme, uno de los más grandes ejemplos de éstos es a la muerte, por lo que el 2 de noviembre se celebra el Día de Muertos con una serie de coloridos elementos que más allá de la muerte, son una representación total de vida y de recuerdo, de los que se han adelantado en el camino.

Señaló además que en México se tiene una infinita cantidad de frases del Día de Muertos, frases para referirnos a ella, para reírnos de ella y para recordarnos que es una parte innegable del ciclo de la vida…

Buen amor y buena muerte, no hay mejor suerte.
Cuando te toca, te toca aunque te quites, y cuando no, aunque te pongas.
No andaba muerto, andaba de parranda.
Uno propone, Dios dispone, llega la muerte y todo lo descompone.
Ya chupó faros.
A mí que ni me cuelguen ese muertito.
Con un esquema fuera de la formalidad, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos hizo de la sesión ordinaria un momento agradable para todos los asistentes al recinto legislativo, al dar lectura a las calaveritas.
En este mes singular,
En el que todo es fiesta y danza,
Recordamos con amor
Tradiciones y alabanzas.
Llegó la muerte al Congreso
Y vio todo alborotado,
Se agarraban de la greña
Los cuarenta diputados.
¿Qué está pasando señores?
Les preguntó la huesuda,
No es aprecio el que se tienen
De eso no cabe la menor duda.
La sesión se descompuso
La discrepancia fue en serio,
Chocaron los diputados,
A causa del magisterio.
En las gradas los maestros
Mutuamente se acusaban
De una y mil tropelías
Porque aún nos les pagaban.
Desde luego que los diversos grupos
Tuvieron su participación,
Los del PAN, PRI, PAS y VERDE
Mostraron su división.
La muerte ya no soportó
Semejante enfrentamiento,
Y cuando a todos se los llevó
Ya no se escuchó ningún lamento.

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