La niña tratada como terrorista

Hondudiario redacción

Con estas palabras Donald Trump ha justificado sus planes para endurecer las políticas migratorias y evitar un nuevo atentado terrorista como el que ha vuelto a golpear la zona baja de Manhattan, en Nueva York, a manos de un terrorista de origen uzbeko.

Tras escucharlo, uno se pregunta ¿y qué tiene que ver esto con el caso de Rosa María Hernández, una niña de apenas 10 años que padece de parálisis cerebral y que ha sido tratada como el peor de los terroristas?.

¿Ser “políticamente menos correcto” equivale a separar a esta niña (con mentalidad de 5 años), de su madre y su padre para aislarla e iniciar un proceso de deportación?

Apenas la semana pasada, Rosa María, una menor de edad originaria de México que llegó a Estados Unidos cuando sólo tenía 3 meses, fue interceptada por una patrulla que intentaba arrestarla con fines de deportación.

Tras discutir con el personal médico que la acompañaba, y que les dijo que necesitaba una operación urgente para aliviar los intensos dolores que le provocaban cálculos en la vesícula, los agentes decidieron escoltarla y vigilarla hasta que saliera de la intervención.

Después de esto, la arrestaron y llevaron hasta un centro de atención a refugiados donde se mantiene a la espera de su expulsión hacia México.

Así, mientras los agentes de la patrulla fronteriza se esmeraban con el caso de Rosa María Hernández, quien fue custodiada en todo momento como un criminal, un joven inmigrante de origen uzbeko apuraba los últimos detalles de su plan para lanzar un ataque terrorista en Nueva York.

Hoy, tras el desgarro de este nuevo atentado, son muchos los que se preguntan si acaso las políticas antimigratorias que impulsó Donald Trump durante su campaña han servido de algo para evitar el ataque que segó la vida de 8 personas.

¿Los planes para edificar un muro en la frontera con México permitieron detener al joven simpatizante del Estado Islámico que las asesinó en la zona de Manhattan?.

¿La detención arbitraria de una niña de 10 años, y con parálisis cerebral, han hecho de Estados Unidos un país más seguro?

Para los abogados de la Unión Americana de Libertades Civiles (UCLA), que ha decidido interponer una demanda contra la administración Trump por el maltrato y arresto de Rosa María Hernández, la respuesta es un NO contundente.

“Hoy todos deberíamos estar indignados y alarmados de que el gobierno persiga a una niña de 10 años con parálisis cerebral. Que la arreste después de una cirugía y la saque de su amoroso hogar.

“Esto no solo es anticonstitucional, sino desalmado “, consideró André Segura, director legal de la ACLO en Texas.

Por cierto, hasta el momento, ningún responsable del gobierno mexicano ha dado la cara para defender a esta pequeña con parálisis cerebral.

En medio de esta nueva ceremonia de la confusión, los halcones de la administración Trump han aprovechado para justificar el endurecimiento de las políticas migratorias. Y, hacer de ello, un río revuelto de ataques y represalias contra la comunidad inmigrante (particularmente la mexicana) que casi siempre termina pagando la factura tras un ataque terrorista.

Como parte de esta cruzada, el presidente Trump tiene a poderosos aliados.

Ahí están su jefe de gabinete, el ex general, John Kelly y el senador republicano por el estado de Arkansas, Tom Cotton.

En el caso de Kelly, quien por cierto ve con muy malos ojos la posible victoria de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones generales de 2018, la misión de acabar con las “ciudades santuarios” en EU se ha convertido en una de sus prioridades.

En el caso de Cotton, se ha empeñado en reducir a la mitad la población inmigrante mediante una drástica reforma del sistema migratorio que pasa por la eliminación de la llamada lotería de visas y el endurecimiento de las condiciones que permiten el reagrupamiento familiar.

El pasado mes de julio, el presidente Enrique Peña Nieto recibió en la residencia oficial de Los Pinos a estos dos halcones de Donald Trump en el frente migratorio.

Por cierto, ambos acudieron a la cita acompañados por el director de la CIA, Michael Pompeo, otro de los más leales servidores del presidente.

Como era de esperarse, durante ese encuentro, los aliados de Trump le insistieron al presidente de México en la necesidad de reforzar su frontera sur con Guatemala para evitar el tráfico de inmigrantes desde Centroamérica.

En otras palabras, le pidieron que siguiera encargándose del “trabajo sucio” para evitar que los niños que huyen de la violencia en Honduras, El Salvador y Guatemala alcancen la frontera con Estados Unidos.

Lo que no le dijeron a Peña Nieto durante ese encuentro, era el escenario de pesadilla que le esperaba a la comunidad migrante mexicana en Estados Unidos.

Una etapa de persecución que, hoy sabemos, se ha ensañado contra inmigrantes indocumentados de toda condición.

Lo mismo con historial “criminal” que sin ninguna mancha en sus antecedentes.

Como ha sido el caso de la pequeña Rosa María Hernández, una niña que hoy recibe el mismo tratamiento que se dispensa a un terrorista.

Publicado en Hondudiario

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