En defensa de la memoria de Jorge Medina Viedas

María Margarita Free del Castillo

El “descanse en paz, el amigo Jorge”, en la voz y escritura de Ernesto Hernández Norzagaray, suena a insulto, a ofensa a la memoria del ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Jorge Medina Viedas.

La sumatoria del propio Norzagaray, a motu proprio, al liderazgo, al grupo de Medina, “en nuestra lucha por mantener la integridad de la UAS’, es otro insulto por cuanto a que jamás, jamás en su vida, Jorge Medina Viedas atentó contra la autonomía universitaria ni encabezó movimientos de desestabilización para conseguir privilegios personales del alma mater.

Lo degradante, lo indignante es que Ernesto Hernández Norzagaray use y manosee el nombre y la memoria de Jorge Medina Viedas, universitario ilustre, para atacar a la Universidad Autónoma de Sinaloa. Para utilizarlo post mortem como punta de lanza de sus odios y amarguras.

En su artículo semanal de ataque a la UAS, Ernesto Hernández Norzagaray, dijo que vio, no saludó, por última vez una mañana de octubre, a Jorge Medina, pese a que constantemente venía a Culiacán a visitar a sus familiares y amigos.

“A Jorge Medina Viedas (JMV) lo vi por última vez en el Casino de la Cultura de Culiacán durante la presentación del libro ‘Adiós al 68’ de su amigo y antiguo camarada Joel Ortega. Esa mañana de octubre ahí estaba puntual, saludando a los amigos en primera fila, escuchando la enésima narrativa de aquella epopeya estudiantil que fue la pauta para el cambio político en México”, narró Norzagaray.

Después describió, plagiando retazos de otros autores, de escritores de talla nacional, parte de la biografía de Jorge Medina y su paso por la Universidad.

“Después de estar en Notimex inicia una carrera prolífica en el periodismo educativo creando el suplemento Campus-Milenio, donde le da visibilidad a los grandes temas de la educación superior (…), escribe Norzagaray. Y es ahí, donde el detractor semanal de la Universidad entra a descargar sus odios personales. A usar el nombre, la memoria y el prestigio alcanzado por Jorge Medina para atacar a la UAS y a sus autoridades.

Según Ernesto Hernández Norzagaray la actitud coherente de Jorge Medina Viedas en la defensa de la UAS “se fue apagando hasta desaparecer cuando se le otorga el ‘Honoris Causa’ en su alma mater” y “sospecho que haber aceptado el honoris nunca le satisfizo plenamente”.

Norzagaray dijo que coincidió, hace cosa de un año y algo, en el Restaurante El Cardenal del Hotel Hilton en la ciudad de México junto a otros dos universitarios, y que al terminar el desayuno bajó la voz y le dijo: “Ernesto, tú y yo vamos a armar un desmadre en Culiacán”, y que le preguntó ¿de qué se trata?, “Tengo un libro inédito sobre la UAS, y quiero que tú me lo presentes, te lo voy a enviar muy pronto”. le diría Jorge.

Jorge Medina Viedas tenía una visión distinta de la UAS; alcanzó niveles más elevados de proyección personal, pensamiento y raciocinio, al que jamás podrá aspirar Ernesto Hernández Norzagaray. Imposible que Jorge bajara de estatus y que le pidiera, sabiendo de su descrédito, presentar uno de sus libros.

El ex rector de la UAS apostaba por la estabilidad y la defensa real de la universidad, no para instaurar un “gobierno” de jubilados, sino para que las nuevas generaciones, los universitarios en activo, definieran el presente y destino del alma mater. Nunca cayó en el nivel de «grillo» ni en el de veterano del desorden.

En 2015, Jorge Medina Viedas recibió la distinción “Honoris Causa” de manos del Rector Juan Eulogio Guerra Liera y dos años después, según Norzagaray, lo invitó “a hacer un desmadre en Culiacán”, cuando el propio Guerra Liera y Jorge Medina y otros universitarios de buena cepa, sumaban esfuerzos por lograr el reconocimiento nacional e internacional de la Universidad.

En su discurso, en el 2015, al recibir el doctor Honoris Causa”, Jorge Medina Viedas, dijo:

“La UAS es hoy una de las grandes universidades de México. No podríamos imaginar lo que sería Sinaloa sin la labor educativa y cultural que la UAS ha proporcionado a lo largo de su existencia. Como igual es vano soslayar el vínculo orgánico de litorales, valles y zonas serranas, el que existe con el patrimonio material y social que los sinaloenses hemos creado. Logros materiales y espirituales van de consuno. Múltiples testimonios de esta unidad virtuosa de la Universidad con su entorno…”

El énfasis que hemos puesto en el origen liberal y humanista de la Universidad Autónoma de Sinaloa a esta visión de futuro, no era nuestra intención quedarnos en las reminiscencias nostálgicas del pasado; era, es, el futuro de la UAS el que nos preocupa.

Pero una cosa podemos decir con certeza: la Universidad de Eustaquio Buelna, de Rafael Buelna, de Enrique Félix y de Rodolfo Monjaraz, ha sido resguardada con dignidad y decencia. Como prueba de su lealtad a la Universidad, muchos de los rectores, guardianes de la autonomía de esta casa de estudios, hoy están aquí.

Por último, agradezco al rector Dr. Juan Eulogio Guerra Liera el reconocimiento que mi Alma Mater, a través del H. Consejo Universitario, me ha concedido. El que mucho me compromete a honrarlo en todo lo que vale.

No podría concluir mis palabras sin dirigirme a la comunidad universitaria, no para reparar un olvido, sino para subrayar una convicción: la Universidad Autónoma de Sinaloa tiene un destino: tengamos confianza en su futuro: unidos, profesores alumnos y autoridades son una promesa alentadora, garantía de que la dignidad y la autonomía están depositadas en manos responsables y comprometidas, no sólo para defenderla, sino para ponerla al servicio del pueblo de Sinaloa».

Es una ofensa entonces que Ernesto Hernández Norzagaray use el nombre de Jorge Medina Viedas para atacar a la UAS, asegurar que su actitud coherente en la defensa de la UAS “se fue apagando hasta desaparecer” y que lo invitó “a hacer un desmadre en Culiacán”.

Para cerrar:

Jorge Medina Viedas siempre fue un ideólogo, un hombre congruente con el pensar y el hacer, realista, que luchaba contra la falsedad, la simulación y contra personajes mitómanos como Ernesto Hernández Norzagaray, que sin ningún rubor, obedeciendo sus instintos y llevados por sus amarguras atacan a la UAS para desestabilizarla y obtener beneficios personales del caos.

Jamás, jamás, Jorge Medina atentaría como él, como Norzagaray, contra la autonomía de su querida Universidad Autónoma de Sinaloa. El “descanse en paz, el amigo Jorge”, escrito o pronunciado por Norzagaray suena a insulto, a una deshonra de su memoria…

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