Empresas con mujeres en cargos directivos aumentan sus ganancias 20%

Blanca Juarez

No es un mito. Las empresas que impulsan políticas laborales para que las mujeres lleguen a ser directoras obtienen grandes beneficios económicos. El más reciente estudio de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) revela que aquellas que lo hacen han logrado hasta 20% de más ganancias.

Para elaborar el informe Las mujeres en la gestión empresarial: Argumentos para un cambio, la OIT realizó una encuesta en casi 13,000 empresas de 70 países. De ellas, 60% afirmó que las iniciativas para la equidad de género aumentaron su rentabilidad y productividad.

El 57% ha comprobado que desde que inició esas prácticas aumentó su capacidad de atraer y retener talento. El 54% adquirió mayor creatividad, innovación y apertura. Ese mismo porcentaje mejoró la reputación de su empresa. Además, 36% reconoció que dicha inclusión le permitió evaluar de forma más eficaz la opinión de sus clientes.

El efecto positivo de las mujeres en puestos de poder no se queda en la compañía, sino que se refleja en la economía mundial. El estudio pudo comprobar que cuando hay más trabajadoras, el Producto Interno Bruto (PIB) de los países aumenta.

Faltan más mujeres directoras

Casi tres cuartas partes de las empresas encuestadas tienen políticas para fomentar la igualdad de oportunidades, la diversidad y la inclusión. Sin embargo, esto aún es insuficiente, indica la OIT en el informe.

El 60% de las organizaciones ha constatado los beneficios económicos de tener a mujeres en las direcciones, pero casi el mismo porcentaje de empresas tiene a hombres en el 80% de los puestos de alto nivel.

Es decir, la mayoría de las empresas ha confirmado las ventajas de tener a directoras, pero también la mayoría sigue teniendo a varones al mando.

Además de eso, sigue habiendo una división sexual en los cargos. Si bien hay más mujeres jefas, lo son en áreas de apoyo, mientras que sus colegas hombres están mayormente en las funciones estratégicas de gestión.

Por ejemplo: ellas están en casi 52% de las direcciones de Recursos Humanos, pero apenas en 16% en las direcciones de Contabilidad y en 19% de las de Investigación y Desarrollo.

Ahora, en tanto la empresa es más grande, la competencia para su género se pone más difícil. Eso no es así para los hombres. En las organizaciones pequeñas ellas tienen el 26% de probabilidad de llegar a una dirección, si la compañía es mediana las oportunidades se reducen a 20% y si es grande, a 16%.

Las empresas no son sexistas, pero…

Según el informe, uno de los obstáculos que más dificultan el acceso de la mujer a puestos directivos es que la cultura empresarial “exige disponibilidad en todo momento y en cualquier lugar”. Esto las afecta de forma desproporcionada, pues socialmente ellas tienen más responsabilidad en el cuidado doméstico y familiar.

En la encuesta, el 70% coincidió en que la cultura organizacional de su empresa representa la de su sociedad. Por ello, la OIT insta a fomentar la conciliación del trabajo con la vida personal, implementando horarios flexibles y licencias para el cuidado de los hijos, y no sólo con las mujeres, pues los hombres también necesitan tiempo para corresponsabilizarse.

“Las empresas no son necesariamente la causa de los prejuicios sexistas”, pero bien pueden optar por no reforzarlos. Eso lo logran a través de la gestión de recursos humanos y mediante mensajes de equidad de género transmitidos por los máximos cargos ejecutivos.

Para eliminar el obstáculo de la disponibilidad absoluta, la OIT indica que algunas empresas están introduciendo sistemas y tecnologías para enfocarse más en el rendimiento o la productividad, junto con acuerdos de trabajo flexible. “Ello podría ser incluso más eficaz y sostenible”.

Las políticas de promoción de más mujeres en cargos directivos deben establecer procedimientos que permitan contratar, mantener y ascender al personal, ofrecer oportunidades de formación profesional y ejecutiva, así como permisos de maternidad.

Pero todo esto sin una remuneración equitativa poco ayudará. En todo el mundo, las mujeres ganan en promedio 22% menos que los hombres por el mismo trabajo. Al respecto, muchos países han creado leyes que prohíben un menor pago.

Sin embargo, la OIT señala que más que esperar medidas punitivas, los empleadores deben asumir su obligación de respetar el salario de las trabajadoras. Asimismo, eliminar la idea de que ellas pueden hacer solo cierto tipo de actividades.

“Las empresas que deseen lograr avances económicos a escala mundial deberían promover la diversidad de género como elemento clave de su estrategia”, apunta la OIT en su informe.

Publicado en El Economista

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