Día Internacional de la Mujer: Angélica Díaz de Cuén

La  Asamblea General de las Naciones Unidas oficializó en 1977, a través de un resolutivo, el día 8 de marzo de cada año, como la fecha conmemorativa del Día de la Mujer.

A través de este resolutivo, se llamó a todos los Estados miembros a realizar actividades para la conmemoración de este día, con el objetivo de crear conciencia en todos los sectores sociales y gubernamentales sobre el rol fundamental de la mujer en el progreso de las naciones.

Esta fecha es un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más cambios y celebrar la valentía y determinación de las mujeres de a pie, que han jugado un papel clave en la historia de sus países y comunidades.

Por una parte, admitimos el avance que se ha dado en el reconocimiento de los derechos de las mujeres, sin embargo, en esta ocasión la conmemoración del Día Internacional de la Mujer se encuentra manchada por los múltiples feminicidios, casos de acoso sexual, violaciones y demás formas de violencia contra la mujer, los que han alcanzado niveles históricos en cuanto a su número y a su impunidad, por lo que la situación que viven las mujeres en México es de un enorme riesgo.

Las mujeres ahora tenemos acceso directo a la Educación Universitaria, al Mundo del Trabajo Empresarial, al Arte, la Cultura y al Terreno Político.

 Empoderar a las mujeres es formar mejores seres humanos.

Como bien lo dijo Octavio Paz, «el avance de un pueblo se mide por el nivel de educación, de reconocimiento que tiene la mujer, en sus derechos más generales, como el Derecho a decidir por sí misma, el Derecho a la Justicia Laboral, el Derecho a la Justicia Social, el Derecho a la Justicia Salarial y el Derecho a representar a la Sociedad en puestos de Elección Popular”.

Y en este sentido, la Educación es la clave para consolidar una tendencia que empodere a las mujeres en todos los ámbitos.

Quiero compartir con ustedes una frase de una gran mujer, quien se dio a conocer por su humildad, Michelle Obama «No importa de dónde vengas, hay que luchar y creer que hay algo más importante. Que hay razones para cambiar el mundo, en eso hay que creer siempre y en el potencial del cambio. Ese potencial que yo veo  no solo en ustedes, sino en todas las mujeres del mundo, algo que debemos elevar en todas las mujeres y niñas, porque cuando las mujeres y niñas se ponen en pie, también se elevan sus comunidades.»

Es un orgullo que las mujeres hayamos ganado espacios en los distintos sectores de la sociedad mexicana; ya habemos mujeres Gobernadoras, Senadoras, Diputadas, Regidoras, Alcaldesas; aunque hacen falta más mujeres en las secretarías en el Gobierno Federal y Estatal y por qué no, como siempre lo he dicho, hasta podemos llegar a ocupar la silla presidencial.

En el Partido Sinaloense no concebimos una verdadera democracia sin la participación igualitaria de la mujer, nos sentimos muy contentos porque en este proyecto por Sinaloa nos animamos a construir algo y en esta construcción la mujer ha jugado un papel fundamental.

Prueba de ello, en el PAS desde su fundación, antes de que fuera una obligación para todos los partidos, en nuestros estatutos ya habíamos establecido la paridad de género en todas las candidaturas.

Ninguna mujer se sienta fuera de mi mensaje, siéntanse incluidas todas: las que trabajan en el campo, estudiantes, académicas, luchadoras sociales, las que se dedican al hogar y al cuidado de familiares, entre muchas otras más.

¡Vaya de mi parte una felicitación y un reconocimiento para todas¡  ¡Pónganse listas!  Las invito a continuar preparándose, estudiando  informándose y trabajando.

No se limiten, porque estamos en el tiempo donde la mujer ya ejerce el poder.

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