Debemos tener paciencia y amor con nuestros niños en esta época de cuarentena, Angélica Díaz de Cuén

Este día quiero compartir con ustedes algo que me preocupa: el estrés que niños, niñas y adolescentes viven a causa de los cambios de vida provocados por las medidas tomadas ante la pandemia del COVID-19, y una de ellos es la carga de trabajo escolar, pues ellos requieren que los padres y madres de familia asuman la responsabilidad de estar al pendiente y, en muchos casos, convertirse en maestros de sus propios hijos.

Ante esta situación el sistema educativo debe ser más flexible con el método que utiliza para que los alumnos no se retrasen su plan de estudios y buscar alternativas que no generen más estrés por la situación atípica por la que pasamos.

La UNICEF señaló que existe un latente riego de que aumente la violencia hacia los niños, por lo que la UNICEF recomienda a los gobiernos y las autoridades de protección adopten medidas concretas para garantizar que la protección de los niños forme una parte fundamental de todas las medidas de prevención y control del COVID-19.

Desde que los expertos recomendaron a la población permanecer en cuarentena y con el mínimo de contacto social, sin duda, sabemos que esta acción repercute en la forma de vida y rutinas a la que estamos acostumbrados. Un ejemplo, advierten los especialistas, son las tensiones en las relaciones de pareja y familiares.

La relatora especial de la ONU sobre la violencia contra la mujer, Dra. Dubravka Šimonović, alertó que el estado de cuarentena, a consecuencia de la pandemia mundial del Coronavirus, pueden generar un aumento en la violencia doméstica.

Por otro lado, especialistas del Tec de Monterrey y de la Universidad Autónoma de Sinaloa recomiendan algunas acciones para enfrentar posibles tensiones que puedan surgir en las familias durante el encierro, pues señalan que ese aislamiento puede generar una activación emocional elevada y ocasionar alta irritabilidad, síntomas de estrés y ansiedad y un aspecto que puede exacerbar los problemas de la pareja, es el de compartir todo el tiempo el mismo espacio físico, sin tener más zonas donde interactuar.

Un hecho que debemos entender, tanto gobiernos como sociedad, es que existe un abismo entre la cuarentena que están viviendo los niños, niñas y adolescentes de sectores más acomodados respecto de los más vulnerables, donde escasea la comida, los servicios y el espacio para el esparcimiento dentro de los hogares, lo que conlleva a que se puedan dar situaciones de estrés o irritabilidad.

Por ello, los expertos recomiendan: Conversar, compartir, recordar, disfrutar y proyectar aquello que en un principio les unió, revalorar los recuerdos y su significado y escuchar música; misma que es un excelente recurso para salir un poco de rutina y reconectar con la magia, al igual que hobbies olvidados, juegos y charlas y sobre todo buscar la empatía, el respeto de los espacios individuales y permiso para poner límites en caso de ser necesario.

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