Necesario, regular maternidad subrogada para evitar abusos: especialista

Eduardo Murillo

La maternidad subrogada es una realidad y es mejor que los gobiernos intervengan y la regulen, pues esquemas como la prohibición absoluta o dejarla al libre mercado solo agravarán las condiciones de explotación y comercialización de esta práctica, aseguró Jens Scherpe, director del Centro de Derecho de la Familia de la Universidad de Cambridge.

Al ofrecer la conferencia “Tendencias y desafíos globales de la gestación por subrogación”, organizada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el académico explicó que los países en donde se ha adoptado el enfoque prohibitivo, y mencionó el ejemplo de Francia, esta opción de maternidad se ha dejado solo a las parejas con recursos, que viajan al extranjero, recurriendo a lo que se conoce como “turismo reproductivo”.

En Francia, explicó, se castiga a los padres que recurren a la maternidad subrogada con hasta 50 mil euros de multa y cárcel por 15 días, pero también se castiga a los hijos así gestados, pues existen casos en donde los menores no pueden ser reconocidos legalmente e incluso ni siquiera se les permite acceder a la nacionalidad francesa.

Planteó que hay opiniones sobre que prohibir completamente la maternidad subrogada implica decirles a las mujeres que sí y que no pueden hacer con sus cuerpos, lo que sería otra expresión del patriarcado.

En el otro extremo, planteó Scherpe, en la India, los Estados Unidos o varias repúblicas ex soviéticas se ejerce un mercado libre en donde hay empresas dedicadas a contratar madres gestantes y se ofrecen a quienes desean ser padres paquetes que incluyen gastos médicos, legales y una importante ganancia para los mediadores.

Añadió por ejemplo que en la India este mercado deja una ganancia anual de 2 mil millones de dólares estadounidenses, lo cual expone a las mujeres gestantes a condiciones de explotación y abuso.

En ambos extremos del marco jurídico de la maternidad subrogada, a quienes finalmente se castiga es en primer lugar a los bebés y luego a las mujeres gestantes, sostuvo.

Jens Scherpe concluyó que, ante el deseo de las personas de tener un hijo con quien mantengan un vínculo biológico, y los avances científicos que brindan una vía para logarlo, lo mejor es regular la práctica de la maternidad subrogada: “Con renuencia llegamos a la conclusión de que no hay alternativa, la prohibición solamente genera explotación.”

Publicado en La Jornada

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