Una nueva educación para una nueva humanidad

Fernando Montoya Vargas *

¿Queda espacio para los filósofos, los gestores culturales, los creadores literarios y los historiadores del arte? En un entorno digitalizado como el que vivimos, en el que cada vez se solicitan perfiles enfocados a la tecnología e ingenierías, este cuestionamiento impera en muchos jóvenes al momento de preguntarse qué estudiar.

Para empezar, las humanidades son relevantes porque preparan a los estudiantes a ser flexibles y adaptables ante circunstancias cambiantes. Les permiten desarrollar habilidades de pensamiento crítico, lógico y con visión global y estos son extraordinariamente útiles para la mediación, la planeación y la gestión de proyectos, la negociación y, sobre todo, a la hora de proponer resoluciones a problemas con un enfoque humano y no instrumental. Además, la creatividad y la innovación son ahora una clave ante la necesidad de las empresas e instituciones de adaptarse a los cambios tecnológicos y sociales.

Los profesionales de las humanidades colaboran, incluso, al desarrollo tecnológico de la sociedad al contribuir a la reflexión sobre la evolución de la ciencia así como al adquirir y cultivar aptitudes como la innovación, el pensamiento crítico y la creatividad, que resultan indispensables al aplicarse en contextos tan vigentes como, por ejemplo, las inteligencias artificiales. Estas cualidades han sido calificadas en el informe Los empleos del mañana 2020 del Foro Económico Mundial, como las más rastreadas en el mercado laboral. Es decir, las empresas y diversas instituciones solicitan perfiles con una formación humanista que seancapaces de abordar los problemas éticos que genera la ciencia hoy en día.

Por ejemplo, en la Universidad del Claustro de Sor Juana, con más de 40 años de experiencia en licenciaturas enfocadas a las Humanidades, ofrece en 2022 nuevos planes de estudio actualizados, innovadores y a la vanguardia con las necesidades sociales, culturales, políticas, artísticas y literarias de la sociedad actual. Licenciaturas como Escritura Creativa y Literatura; Gestión de la Cultura; Producción de Espectáculos; Derechos Humanos y Gestión de Paz o Filosofía, son algunas opciones educativas que pretenden incidir de manera innovadora y disruptiva en la sociedad.

Al ofrecer estas nuevas licenciaturas, la pretensión de El Claustro es fomentar y fortalecer los procesos artísticos, literarios, culturales, de intervención social y, sobre todo, de creación. Para la Universidad estas resultan ser unas magníficas herramientas educativas transversales pues generan experiencias que les hacen sentir a los jóvenes, emocionarlos, hacerlos observar, reflexionar, imaginar, trabajar en equipo, buscar soluciones y comunicarse entre ellos. Les ayudan a escuchar otras posturas ante un mismo tema y a enfrentarlos al vacío y al error. Además, la creación los conecta con ellos mismos y con los demás en una experiencia que une emoción y aprendizaje. Y la educación necesita precisamente eso, más emoción, que es sin duda el mejor estímulo para aprender, más cercanía, más conexión con la realidad.

* El doctor Fernando Montoya Vargas es Director del Colegio de Filosofía y Letras en la Universidad del Claustro de Sor Juana.

Publicado en El Economista

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