Elizabeth Meza Rodríguez
Solo tres de cada 10 mujeres están dentro del ramo financiero o invierten su dinero; sin embargo, cuando se les pregunta si son inversionistas solo tres de ellas dice que sí, comentó en entrevista Ángeles Collado, fundadora de Mujer inversionista.
Lo anterior es resultado de la falta de impulso de las mujeres en las inversiones y en particular de tres esperas: sociedad, familia y auto concepto, las cuales hay que combatir para que exista mayor participación de ellas en el sector.
Sociedad
A las mujeres se les ha educado a ser administradoras de lo que reciben y no a generar, de hecho, por años se les ha relegado e instruido que no deben hablar de dinero, incluso se les ha dicho que son malas en finanza, cuando en realidad son muy buenas administradoras.
“No es una cuestión de conocimiento, sino que socialmente estamos relegadas del tema y necesitamos nosotras empezar a hablar para que después la sociedad empiece a hablar de las mujeres inversionistas. Necesitamos un cambio de creencias, con las que podamos jugar las mujeres y empezar a hablar distinto sobre el dinero”, destaca Collado.
Familia
La familia ha sido un factor fundamental en la administración de las finanzas, pues son ellas las encargadas de comprar los insumos para el hogar y hacer que el dinero rinda. Esta visión es clave en las inversiones.
De hecho, las mujeres tienen una gestión de riesgo muy distinta a la de los hombres, mientras que ellos se aventuran, las mujeres, desde la trinchera, ven los riesgos que existen, es decir, las mujeres hacen un análisis del objetivo pero también de cómo impacta en el entorno.
“Si las mujeres tomamos el poder de nuestras finanzas podremos realmente cambiar, porque vamos a tomar en cuenta que sea buenos para todos, que sea sustentable. Vamos a invertir en cosas que converjan con nuestros valores y no sólo con la ganancia o el resultado, vamos a poder apoyar más emprendimiento social”.
Auto concepto
El síndrome del impostar es uno de los obstáculos más fuertes a vencer, pues suelen ser ellas mismas quienes no celebran los pequeños logros. Por ello es necesario hacer más visible los casos de esas mujeres que están representando las inversiones, pero no solo de las directivas y CEOs, sino de esas mujeres de a “pie”, que “son como nosotras, esa mujer recién parida que está dando una conferencia con un bebé en un flular”, destaca Collado.
“Las mujeres tenemos que empezar a creer que somos buenas con el dinero, y es que ya lo somos, está en nuestra naturaleza (…) Dividimos y estiramos el dinero”.
En qué invierten las mujeres
Las mujeres suelen invertir en bienes raíces, pues cuando tienen una propiedad a su nombre suelen sentirse empoderadas.
“Tener un bien raíz asegura la subsistencia tuya y de tu familia, por eso es tanta la obsesión. Solemos pensar que la casa que tenemos es una inversión, lo cual es erróneo, pero es un buen principio si puedes empezar a ahorrar y comprar un departamento para invertir y que te genere dinero”.
También suelen invertir en empresa que dan un servicio y que les gusta, en compañías con las que se sienten empatía y pueden recomendar.
Otra área es en marcas que den renta fija, en las cuales sepan cuánto dinero entra y sale, ejemplo de ello son Cetes, Sofipos, cajas populares y fondos de ahorro empresariales.
“Estos son los principales vehículos en que las mujeres ponen su dinero, aunque no consideran que son inversiones”
Cultura del ahorro
Para la especialista se necesita impulsar una cultura de ahorro, pues se suele ver a las inversiones como algo antinatural, “esta manera de pensar en que el dinero puede generar un bienestar en el futuro mientras sacrificas parte de tu presente es algo que necesitamos entrenar”.
Por ello se requiere vincular el ahorro y la inversión con algo placentero y no como un sacrificio o riesgo, pues suele haber más placer al abrir una cuentas de ahorro de respaldo a comprar unos zapatos, pues este último solo dura un par de días.
