La actividad de ponerse desodorante todos los días antes de ir a trabajar o después de bañarse es de las más comunes en la higiene corporal, pero ¿por qué el antitranspirante no debe ponerse tras la ducha?, ¿cuál es el mejor momento para ponérselo? Te contamos de los errores que se cometen al aplicarlo.
Uno de las primeras confusiones es creer que es lo mismo el desodorante que el antitranspirante, ya que el primero ayuda a neutralizar el mal olor debido a la presencia de sustancias antibacterianas, así como cuenta con fragancias que huelen bien, pero no disminuye la cantidad de sudor.
Mientras que la función principal del segundo, como lo indica su nombre, es controlar y reducir la producción y liberación del sudor en la piel gracias a las sales de aluminio con las que cuenta.
Sin embargo, en los últimos años algunos desodorantes están colocando una ínfima cantidad de sales de aluminio en sus productos, lo que no tiene la misma efectividad que un antitranspirante, señaló el dermatólogo Antonio Clemente en entrevista para el portal Uppers.
