El cáncer de mama, una preocupación a nivel global

Patricia Ortega

El cáncer de mama representa una de las mayores amenazas a nivel mundial, siendo la neoplasia maligna más diagnosticada entre la población femenina. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se detectan cerca de 2.3 millones de casos nuevos, resultando en 685,000 decesos anualmente. Estas cifras ponen de relieve la importancia crítica de los esfuerzos de prevención, diagnóstico temprano y tratamiento.

A nivel global, el cáncer de mama no discrimina geografía ni estatus socioeconómico, pero su incidencia y tasa de mortalidad varían significativamente. En países desarrollados, gracias a mejores sistemas de salud y programas de cribado, se detecta antes, mejorando las tasas de supervivencia. Por el contrario, en naciones en desarrollo, el diagnóstico tardío y el acceso limitado a tratamientos adecuados aumentan la mortalidad.

En México, el panorama es desafiante. Durante 2022, la incidencia (casos nuevos) de cáncer de mama fue de 23,790 entre la población de 20 años y más. Mientras que, la incidencia nacional fue de 27.64 por cada 100,000 habitantes de 20 años y más. En las mujeres fue mayor, con 51.92 contra 1.25 en los hombres.

En 2022, del total de muertes por tumores malignos en personas de 20 años y más (87,880), 9.0% fue por cáncer de mama (7,888). De estos casos, 99.4% se presentó en mujeres (7 838) y 0.6%, en hombres (50).

La Secretaría de Salud informó que el cáncer de mama es la causa más común de muerte por cáncer en mujeres mayores de 20 años. A pesar de los esfuerzos por mejorar los programas de detección temprana, como la iniciativa de mastografías gratuitas, aún existen barreras significativas. La cobertura de los programas de detección no alcanza a toda la población objetivo, y persisten las disparidades en la atención entre zonas urbanas y rurales.

La situación se agrava por la falta de conciencia y el estigma asociado al cáncer de mama. Muchas mujeres evitan o posponen la búsqueda de atención médica por miedo, vergüenza o falta de información. La educación en salud es crucial, ya que el conocimiento de los síntomas y la autoexploración mamaria son pasos vitales para la detección temprana.

El gobierno y organizaciones no gubernamentales han intensificado las campañas de concienciación y prevención. Se promueven actividades informativas y se ofrecen servicios de asesoramiento para incentivar a las mujeres a participar en los programas de detección. Además, se ha incrementado el número de clínicas especializadas en el tratamiento del cáncer de mama, aunque la distribución de estos recursos sigue siendo desigual.

Los especialistas consideran que la pandemia de Covid-19 ha impactado negativamente en la lucha contra el cáncer de mama. La interrupción de servicios de salud y la reasignación de recursos hacia la atención de la pandemia han retrasado las actividades de detección y tratamiento. Esto podría traducirse en un aumento de casos avanzados y una mayor mortalidad en los próximos años.