¿Adiós al home office? Empresas privilegian modelo presencial afectando principalmente a las madres

Elizabeth González-Manrique

A cuatro años de que comenzara la pandemia de COVID-19, y a menos de un año de que se declarara el fin de la emergencia sanitaria, empresas que mantuvieron operaciones a través de esquemas en línea exigen a sus trabajadores que vuelvan de manera 100 por ciento presencial a los centros de trabajo, sin embargo, un grupo poblacional ha resultado gravemente afectado por este cambio abrupto: el de las mujeres trabajadoras.

Los esquemas remotos e híbridos, permitían a las madres o las mujeres que ejercen labores de cuidados cubrir sus tareas domésticas y parentales, además de darles la oportunidad de ejercer el trabajo remunerado.

La encuesta “Mujeres en el lugar de trabajo” realizada por McKinsey & Company, una consultora mundial cuyo objetivo es buscar el crecimiento laboral de los empleados en diversas empresas, en colaboración con LeanIn.Org, reveló que el 38 por ciento de las madres con niños pequeños dijo que sin flexibilidad en el lugar de trabajo, se verían obligadas a abandonar la empresa o reducir su jornada laboral, lo que provocaría un detrimento en los derechos de las mujeres y en el camino hacia la equidad.

Kate, madre de un niño menor de tres añostrabajadora de la industria de la información y exresidente de la Ciudad de México, perdió su empleo después de que, tras casi tres años de mantenerse en el esquema home office durante la pandemia, la empresa para la que laboraba le exigiera volver de manera inmediata y sin dilaciones de manera presencial.

Esquema presencial Vs. home office

Aunque empresarios de México y el mundo buscan que sus empleados regresen a laborar presencialmente de tiempo completo, el informe Pulso de la Profesión 2024, del Project Management Institute (PMI), desacredita que el lugar de trabajo tenga un impacto negativo en el desempeño, revelando que, incluso, al permanecer en su hogar, el trabajador se encontrará más motivado.

En este estudio se establece que previo a la pandemia de COVID-19, la mayoría de los empleadores esperaban que su trabajadores pasaran hasta el 80 por ciento de la jornada laboral, o más, al interior de centros de trabajo, algo que cambió durante la pandemia.

Durante la pandemialas personas percibieron diversos beneficios trabajando de manera remota contra el modelo presencial. Por principio, los beneficios percibidos por la mayoría de los trabajadores fueron: seguridad, mayor calidad de vida y libertad, mientras que los beneficios del modelo presencial eran: acceso a equipos tecnológicos, interacción con colegas y el mantenimiento de una rutina”, menciona el PMI en este documento.

Kate relata que tras el inicio de la emergencia sanitaria, declarada el 11 de marzo de 2020 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del día 15 y el 31 de ese mismo mes, dejó de acudir a laborar presencialmente. Posteriormente, los trabajadores que no fueron considerados esenciales para la organización, como ella, fueron despedidos.

Sin embargo, tras una mudanza a una ciudad más asequible, meses más tarde, fue recontratada por la misma empresa, que además continuó ofreciéndole un esquema totalmente remoto, lo que resultaba compatible con su situación en dicho momento. Un año más tarde, en 2021, Kate se embarazó y dio a luz a su único hijo.

“Sin trabajo en la Ciudad de México dije ‘me tengo que mover a provincia porque no puedo sostener mi vida en la Ciudad de México’ que en ese entonces tal vez no era tan caro como ahora, me moví a provincia con mi pareja y tuvimos un bebé en pandemia, pero en ese inter me volvieron a recontratar, unos meses, después estaba embarazada.

“Durante todo mi embarazo, la lactancia estuve trabajando de manera remota, y todo fue muy conveniente porque yo podía tener el día para cuidar a mi bebé, cuidarme a mí, porque mi embarazo fue de alto riesgo, pues a los tres meses tuve una amenaza de aborto, y y lo pude hacer desde un lugar en el que yo considero que la calidad de vida es mucho mejor. Sabía que no podía regresar a vivir a la CDMX mientras el COVID estuviera latente. Mi hijo nació en 2021”, comentó Kate.

De acuerdo con una investigación del Scoop and Boston Consulting Group, las empresas con flexibilidad superan en cuanto a crecimiento en ingresos, a aquellas en las que los esquemas de trabajo son más rígidos.

Mientras las compañías flexibles crecieron 21 por cientoaquellas que privilegiaron el modelo presencial solo lo hicieron en 5 por ciento.

“Estos resultados desafían la suposición común de que el trabajo remoto afecta negativamente el desempeño del proyecto. Por el contrario, la flexibilidad en el lugar de trabajo no solo mantiene sino que puede impulsar el éxito organizacional, ofreciendo ventajas tangibles como una mayor productividad y crecimiento de los ingresos”, dice Ricardo Triana, director interino de PMI América Latina.

El estudio de PMI establece que las organizaciones no verán un beneficio directo al traer de vuelta a los empleados a la oficina, sino que al contrario, esta medida tendrá impactos negativos como la dificultad para retener al talento, incremento en los costos operativos.

Home office a la baja

Aunque actualmente, de acuerdo con el reporte Estado de las Organizaciones, realizado por  McKinsey & Company en 2023, el 90 por ciento de las organizaciones mundiales priorizan el trabajo remoto, mientras que el 10 por ciento restante espera que los trabajadores acudan durante toda la jornada al centro laboral, en México la tendencia va en sentido contrario.

Esta consultora señala que el porcentaje de las personas que han vuelto al trabajo presencial depende de las labores ejercidas, pues de acuerdo con los datos recabados, 63 por ciento de líderes de proyectos de construcción y 51 por ciento de quienes encabezan al sector manufacturero, consideran que las labores deben realizarse de manera presencial al 100 por ciento.

De acuerdo con el estudio Pulso de la Profesión 2024, las organizaciones deben priorizar el empoderamiento de sus trabajadores, ofreciendo flexibilidad en sus formas de trabajo, ubicaciones y horarios, dejando atrás las preocupaciones acerca de los posibles efectos negativos en el desempeño del proyecto.

El motor mundial de búsqueda de empleo Online Carreer Center (OCC), reveló que aunque la oferta de trabajos en esquema home office han disminuido, los trabajadores priorizan esta opción al momento de buscar empleo.

En su investigación Tendencias de Recursos Humanos 2024, la OCC menciona que la retención de talento será el principal reto al que se enfrentarán estas áreas y que, en un menor porcentaje, la gestión de las modalidades de trabajo (remoto, híbrido y presencial), también representará un problema para los encargados de manejar al capital humano de las compañías.

El fin del sueño de Kate, en el que logró equilibrar su vida laboral con la personal, llegó a su fin en octubre pasado, cuando de un día para otro le exigieron regresar a trabajar de manera presencial.

“En octubre me empezaron a decir ‘¿sabes qué? ya tienes que venir, ya todos los equipos están viniendo de forma híbrida’, aunque el trabajo se podía hacer perfectamente en home office, pero ya era voluntad de los directivos que las personas estuvieran de manera física. Me dijeron que debía acudir de forma presencial porque el trabajo se incrementaría, sin embargo, seguían siendo labores que podía hacer desde mi casa, pues me dedico a escribir y a la corrección de textos, por lo que les dije que, la verdad, es que yo no podía estarme transportando de una ciudad a otra, debido a que el salario que me daban no me alcanzaba para transportarme dos veces por semana para estar presencialmente en la Ciudad de México, además de que no tengo con quién dejar a mi bebé”, relató.

Según la investigación de OCC, la flexibilidad laboral es la segunda característica más importante para las personas en búsqueda de empleo, pues 32 por ciento de los encuestados consideraron que es uno de los aspectos prioritarios para las áreas de Recursos Humanos.

Sin embargo, las empresas en búsqueda de trabajadores no consideran la flexibilidad como uno de los aspectos más importantes, pues solo el 21 por ciento de los reclutadores encuestados consideraron que se trata de una característica relevante.

Aumentando la brecha de género

De acuerdo con una medición del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) las mujeres dedican 40 horas a la semana a las tareas no remuneradas, es decir referentes a labores domésticas y de cuidado, mientras que los hombres, en promedio, solo lo hacen durante 16 horas.

Si bien estos datos demuestran que las mujeres ejercen una doble y hasta triple jornada, tomando en cuenta las labores del hogar como limpieza, preparación de alimentos y los cuidados que proporcionan a niños, personas con discapacidad o adultos mayores, la flexibilidad en el esquema de trabajo hace posible que estas mujeres continúen ejerciendo el trabajo remunerado.

De acuerdo con el Sistema de Indicadores sobre Pobreza y Género, del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que abarca el periodo 2016-2022, la construcción sociocultural del género incide en la desigualdad de acceso a los derechos sociales y al bienestar económico entre mujeres y hombres.

Indicadores de este documento señalan que entre 2016 y 2022, la brecha en la participación económica se situó alrededor de 26 puntos porcentuales entre hombres y mujeres fuera de pobreza, ampliándose a 37 puntos porcentuales en la población en situación de pobreza.

Fernanda Domínguez, coordinadora de Educación en el área de Sociedad incluyente del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), señala que desde las empresas se deben implementar mecanismos para facilitar que las mujeres ejerzan su trabajo.

“Desde las empresas urge implementar buenas prácticas corporativas para facilitar a las mujeres el regreso al mercado laboral después del embarazo, hace poco fue publicado un documento en el que hacen mención al ‘impuesto a la maternidad’, en el que establecen que para las mujeres es mucho mayor el impacto en su empleo después de analizar la primera décadas después del primer parto, se reveló que la recuperación tarda más de 10 años en que las mujeres logran reincorporarse al mercado laboral.

Domínguez considera que realmente las empresas poco se benefician de la presencialidad y que la pandemia demostró que se necesita una mayor flexibilidad en los trabajos.

Pese a lo mucho que Kate luchó para mantener su empleo, explicando su situación a superiores inmediatos, así como a los responsables del área de recursos humanos, la joven madre finalmente perdió su fuente de trabajo a finales de 2023, manteniéndose, hasta el momento, desempleada.

“A estas personas no les importó realmente, yo les expuse mi caso y lo que ellos hicieron fue buscar a una persona que me reemplazara, simplemente un día me dijeron ‘ya desconéctate porque ya hoy va a entrar tu sustituta’, después mis compañeros me comentaron que les dijeron que no me mandaran más trabajo pues yo ya no laboraba para la empresa, le escribí a mi jefe y me dijo ‘ah si, desconéctate, te van a hablar de recursos humanos’.

“Es una arbitrariedad, no se toman en cuenta los trabajos de cuidados, o sea, todas esas personas que van todo el día a la oficina, ¿con quién dejan a sus hijos?, ¿quién les hace de comer?, realmente los trabajadores vivimos mal y somos personas totalmente explotadas, porque no tenemos equilibrio en la vida privada y la profesional, no tenemos bienestar como personas, como humanos”, concluyó.

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