Espacios de trabajo en casa, 10 trucos e ideas

Ana B. Martín

Estadísticamente cada vez más personas trabajan desde casa, además de los estudiantes. Estar a gusto en el espacio de trabajo en casa como fuera de ella es muy importante para que pueda surgir la inspiración, evitar distracciones y sea agradable el tiempo dedicado a la tarea, sea de escritura, lectura, costura, dibujo, estudio o la que cada uno realice. Al fin y al cabo, pasaremos mucho tiempo en él, una gran parte de nuestras vidas.

Actualmente en las casas grandes donde sus habitantes trabajan en casa, suele haber un espacio de trabajo más funcional, tipo oficina, con todos los aparatos electrónicos como el PC, impresora, portátil, etc., y otro u otros escritorios con una decoración más cuidada, que se usan puntualmente para escribir unas notas o pintar, etc.

En apartamentos pequeños habrá solo un espacio de trabajo, que es suficiente en todo caso si está bien organizado y puede que haya que utilizar trucos como el de «el despacho en el armario» (hoy también veremos otro ejemplo de esta idea). Según sea el caso, puede que tu prioridad sea una silla muy cómoda porque pasas muchas horas sentado/a en ella, o bien un taburete o una silla con fines más estéticos si solo usas puntualmente tu espacio de trabajo en casa. Personalmente me gusta que haya una buena iluminación, pero en esos casos de uso ocasional hay personas que prefieren una iluminación más tenue. Tener el escritorio ordenado siempre es bueno, lo difícil a veces es conseguir mantener todo en su sitio cuando el trabajo se acumula, pero el diseño del espacio y los muebles que elijas pueden ayudar mucho a conseguir mantener ordenado tu espacio de trabajo.
A través de este post, si te quedas, te voy a sugerir algunos trucos en una decena de ideas para decorar espacios de trabajo en casa, sobre todo enfocándonos a una decoración muy actual de estilo nórdico con tintes de estilo industrial vintage, ¿vamos?:

1. Pinta y unifica

Unas tablas recuperadas, unas patas de tu antigua mesa de dibujo, una lámpara de tu abuela… genial, pero ¿cada cosa es de un tono diferente y no te gusta cómo queda?. Unifica con pintura al agua. En esto el blanco siempre es un acierto, queda bien con todo, es limpio, luminoso, y no te vas a cansar.

En el espacio de trabajo nórdico de la imagen, muy natural con un toque industrial vintage, la madera natural se combina en dos tonalidades separadas por el blanco del resto de los elementos. Las patas de madera pintadas de blanco, los tableros de madera recuperada unidos y rematados con correas de cuero marrón, sobre una pared de listones de madera pintados de blanco y, al fondo, el gabinete de madera oscura, en un contraste claro-oscuro que da profundidad. El color blanco sobre las maderas envejecidas, mate, y el suelo de microcemento en un gris blanquecino, dan a este espacio de trabajo en casa un efecto empolvado que me encanta.

2. Personaliza la pared

En el caso de que tu escritorio, por motivos de falta de espacio o el motivo que sea, tenga que estar mirando a la pared, no la dejes en blanco, personalízala. Puedes hacerlo de muchas formas: con una composición de fotografías, con frases de motivación, con letras, con objetos gráficos, herramientas y figuras de papel, con una pizarra o una tabla que te sirva para organizar tus cosas de escritorio, etc., porque una cosa es evitar las distracciones y otra una pared vacía con la que te puedes sentir un poco como castigado… Si quieres algo minimalista siempre puedes optar por algo sencillo y de gran tamaño.

Por ejemplo me parece muy acertada la letra A de la imagen, en un escritorio de marcado carácter industrial, los muebles de chapa, el letrero luminoso… todo nos hace pensar que esa gran A es un tubo luminoso de luz de neón, pero si nos acercamos vemos que está hecha con hilo grueso y clavos. Tú mismo/a puedes hacer esta letra o cualquier otra figura de forma muy fácil: Primero, con cinta de embalar (de la que se pega y despega con facilidad, replantea en la pared la letra o figura que quieres, y cuando termines mírala de lejos para comprobar que está bien. Cuando hayas terminado, clava los clavos en cada esquina y luego retira la cinta. Ahora solo tienes que pasar el hilo tensándolo al máximo y dando un par de vueltas en cada clavo. El momento más delicado es a la hora de atar el extremo, haz varios nudos para poder cortar el hilo corto sin que se suelte y listo.

3. Espacio de trabajo en casa… y en el armario

¿Te acuerdas de El despacho en el armario? Las ventajas principales de este truco son el ahorro de espacio y, sobre todo, que al cerrar las puertas del armario desaparece todo de la vista, con lo cual podría estar incluso en el dormitorio sin que ello afecte a tu descanso. Así, como si quieres llenarlo todo de post-it, incluso el interior de las puertas. Si vives en un apartamento pequeño y no te gusta mucho aquello de ordenar el escritorio… ésta es una gran opción para ti.

 4. Iluminación focalizada

No serías el primero ni el último si te concentras mejor en un espacio algo oscuro que en otro con demasiada luz ambiental, pero aunque el espacio esté en penumbra es importante proporcionar una luz focalizada en el espacio de trabajo. Utiliza bombillas de bajo consumo, sobre todo si trabajas por periodos largos de tiempo sin apagar la luz.

5. Lámparas articuladas

Aunque no sea una Jielde como la de la foto ( ya me gustaría tenerla en mi espacio de trabajo 😉 ), utilizar una lámpara articulada en el espacio de trabajo o de lectura siempre es una buena idea, porque te permitirá mayor movilidad y no te condicionará en caso de que un día quieras replantear tu espacio de trabajo. Si tu mesa está lateralmente pegada a una pared como en la foto anterior, considera la posibilidad de fijar a la pared una lámpara articulada, te resultará muy práctica. Y no descartes una lámpara de pie, con ellas no hay limitaciones que no sean las que marque la falta de espacio.

 6. Integrar el espacio de trabajo en otro espacio

Cuando el lugar de trabajo se encuentra en el salón hay que decorarlo de manera que sea parte del espacio vital. Los detalles son importantes y es especialmente importante contar con unos cajones u otro espacio de almacenamiento para no dejar objetos de escritorio a la vista cuando no se está trabajando.

 7. Delimita sin ocultar

Cada día es más habitual vivir en espacios compartidos, ¿quieres delimitar tu espacio de trabajo dentro de un estudio compartido pero sin encerrarte y a la vez crear un efecto escenográfico y divertido?. Este tipo de estructura recuerda a las camas con dosel, y a los dibujos 3D por su inmaterialidad, crea un efecto a la vez impactante y etéreo. Coloca algún otro elemento neón-flúor como la silla o algún estante y el éxito está garantizado. Los colores neón-flúor, además del negro, son ideales para este tipo de estructuras de esqueleto.

 8. Deja paso a la imaginación

Una pared lisa se presta a tantos diseños que a veces lo difícil es descartar ideas. Con un poco de pintura, puedes hacer que un rincón de lectura imperceptible se transforme en todo un espacio de trabajo si te atreves a dejar paso a la imaginación. En el rincón de la imagen tan solo se ha utilizado cinta adhesiva negra (que puede ser cinta washi) y un poco de pintura azul. Una estantería invisible como la de Miron Lior y una pequeña mesita hacen el resto.

9. Visita los anticuarios

Si en cambio tienes una casa grande, visita anticuarios, outlet y ferias de antigüedades y hazte con algunos chollos, siempre que te guste el reciclaje y el estilo vintage. No hay rincones con más personalidad que aquellos donde se combinan piezas únicas, piezas recuperadas y con su propia historia.

Este es el tipo de escritorio del que te hablaba al principio, que quizás no sea para trabajar muchas horas al día porque es posible que la silla no sea muy ergonómica o que la cajonera no sea tan práctica como una moderna, sin embargo son cosas que para un uso ocasional no representan un gran problema y compensa el encanto del rincón que se consigue, siempre que luego tengas tu verdadero lugar de trabajo donde puedas poner el PC y todo lo demás…

10. Escritorios retro

El modelo clásico con solapa de los años 60 (como el modelo n.4. que vimos en 10 escritorios de diseño), también es una buena opción para crear un rincón de escritorio con encanto y además, ahorrar espacio y mantener la agenda y accesorios ocultos a la vista. Al cerrar la solapa, el escritorio se transforma en un mueble más.

Publicado en DecoraciondeInteriores.com