Pandemia llevó a 554,000 universitarios mexicanos a abandonar sus carreras

 Gerardo Hernández 

El impacto de la emergencia sanitaria por la covid-19 en la economía, las escuelas y los hogares mexicanos llevó a 554,583 universitarios a no continuar con su formación profesional. Esa es la cifra de los estudiantes de nivel superior que declaran no estar inscritos en el presente ciclo escolar debido a la pandemia de covid-19 o por falta de dinero o recursos.

De acuerdo con la Encuesta para la Medición del Impacto Covid-19 en la Educación (ECOVID-ED) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), entre las razones principales asociadas a la pandemia para no inscribirse en el actual ciclo escolar destaca que los estudiantes consideran poco funcionales las clases a distancia (26.6%), pérdida de empleo en la familia (25.3%), carencia de equipo de cómputo, dispositivo o conexión a internet (21.9%) y el cierre definitivo de la escuela (19.3%).

La pandemia no sólo limitó la continuidad de algunos estudiantes a nivel superior en el ciclo escolar 2020-2021. En el cierre del ciclo pasado, que coincidió con los meses de la mayor suspensión de actividades no esenciales por la pandemia, 89,940 estudiantes de entre 19 y 29 años decidieron no terminar el año académico.

Los jóvenes que no pudieron concluir el ciclo escolar a nivel universitario debido al impacto directo de la pandemia representan el 44.6% de todos los estudiantes que desertaron de la educación superior, el resto lo hizo por falta de recursos  y por la necesidad de trabajar.

Entre los principales motivos de la deserción universitaria del año pasado se reportó: pérdida de contacto con los profesores o dificultades para hacer las tareas (28.8%), pérdida de empleo o reducción de sueldo de un integrante del hogar (22.4%), cierre definitivo de la escuela (20.2%) y poco acceso a una computadora, dispositivo o conexión a internet (17.7%).

Cambian aulas por empleo

Por otra parte, la necesidad de trabajar, como causa de deserción ajena a la covid-19, alcanzó al 17.1% de los estudiantes universitarios, la segunda proporción más alta si se observa el abandono por nivel educativo.

La realidad no es distinta si vemos la otra cara de la moneda, el 13.1% de los jóvenes de entre 19 y 24 años y el 20% de los estudiantes de entre 25 y 29 años no está inscrito en el presente ciclo escolar porque tiene que trabajar.

“De los motivos de no inscripción al ciclo escolar 2020-2021 destaca la respuesta por falta de dinero o recursos, que pueden estar intensificados dado los efectos de la crisis provocada por la pandemia, aunque directamente no se haya asociado al fenómeno de la Covid-19; en la misma condición se puede asociar la respuesta: porque tenía que trabajar”, destacó el Inegi en un comunicado.

Para quienes continúan sus estudios, las clases a distancia han implicado un gasto adicional. Al menos en el ciclo escolar actual, 274,050 estudiantes reportan compra o renta de herramientas de tecnologías de la información para el uso académico.

La compra de celulares inteligentes, la contratación de servicios de internet, la adquisición de mobiliario como sillas o escritorios y la inversión en computadoras, son algunos de los gastos más recurrentes reportados por los hogares mexicanos para las clases en línea.

A pesar de todo, las clases a distancia ofrecen ventajas para los estudiantes y sus familias, en especial en un contexto de crisis sanitaria. El 56.4% de los universitarios opina que el aprendizaje en línea reduce los riesgos de contagio de Covid-19, otro 22.3% considera que propicia la convivencia familiar y un 19.4% percibe que ahorra dinero.

Pero la velocidad con la que se adoptó la formación en línea es quizá la razón para que los estudiantes resaltan en mayor proporción las desventajas. Entre los aspectos negativos, los jóvenes consideran que con las clases en línea se aprende menos que de manera presencial (58.3%), hay poco seguimiento en el proceso de aprendizaje (27.1%), los padres tienen poca capacidad técnica para apoyar a los alumnos (23.9%) y se experimenta un exceso de tareas (18.8%).

La encuesta del Inegi reveló los desafíos de la educación a distancia y el impacto que ha tenido en los hogares mexicanos.

Publicado en El Economista

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