El dilema imposible de las madres desempleadas: “No trabajo para estar en clase con mis hijos”

Jon Martín Cullell

La sala de Ilse Sánchez tiene más de aula escolar que de comedor. Un pizarrón con garabatos, un armario improvisado lleno de cartulinas, y sobre la mesa, estuches, libros de texto y una vieja computadora que Sánchez enciende media hora antes de la clase de sus hijos porque tarda en arrancar. Ella se sienta a su lado para que no se distraigan y sigue la clase virtual como un alumno más. De vez en cuando, le llega una alerta al celular de una oferta de empleo. La suele desechar al momento: o es presencial o pagan una miseria. “Quiero trabajo, pero no puedo dejar de lado la educación de mis hijos”, dice resignada esta madre divorciada de 30 años. “Todo recae en mí”.

En México, mujer y madre de clase trabajadora es una combinación que, en este momento, es casi sinónimo de desempleo. Un año después del inicio de la pandemia, la participación femenina en la economía, que ya enfrentaba obstáculos antes de la crisis, se mantiene en los niveles más bajos desde 2006. La reapertura de las escuelas y de las guarderías, que algunos estados prevén para finales de este mes o inicios del siguiente, llega como un alivio para las madres trabajadoras. Sin embargo, la informalidad y la precariedad acechan en el regreso al mundo laboral.

De los 12 millones de empleos perdidos al inicio de la crisis sanitaria, siete eran de hombres y cinco de mujeres. Aunque la gran mayoría se ha recuperado gracias a la reapertura gradual de la economía, el ritmo no ha sido igual para todos. Todavía hay 2,1 millones de personas que no han vuelto a sus puestos de trabajo y, de estas, siete de cada 10 son mujeres, según datos difundidos la semana pasada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) para el primer trimestre del año.

Parte de esa lenta recuperación se explica por las características del empleo femenino, explica la economista Fátima Masse, del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco). “Más de la mitad, el 53%, estaba empleada en el sector servicios, el más golpeado, y dentro del mismo, en los subsectores más afectados, como restaurantes, hoteles, o centros educativos”, señala. Se añade, además, el cuidado de los niños por el cierre de guarderías y escuelas. Un 42% de las mujeres considera que las tareas domésticas han aumentado con la pandemia, según una encuesta de marzo del Imco y del diario Reforma.

Publicado en El País

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