Seguramente te ha pasado que ves a tu bebé y te lo quieres “comer” a besos, pero ¿de dónde proviene ese deseo de morder a los pequeños?
Este fenómeno tiene una explicación psicológica y algunos lo han denominado como “agresión tierna”, que podría estar orientada a ayudar a regular las emociones.
De acuerdo con un estudio de la Universidad de Yale “una emoción muy intensa e incontrolable nos llevaría a manifestar su emoción opuesta como un intento por balancear esa emoción inicial que nos desborda para tratar de controlarla”.
A este comportamiento se le conoce como expresiones dismórficas y parece que su papel reside en regular las emociones.
Según los expertos, estas emociones extremadamente positivas, producen reacciones tanto buenas como malas, que pueden ir de las sonrisas al llanto.
Existen muchos ejemplos de respuestas “negativas” ante experiencias positivas. Un claro caso es la expresión emocional que muchas personas muestran ante los bebés; al mismo tiempo que los adultos quieren estrujarlos, pellizcarlos y hasta morderlos como si se los quisieran comer.
La incognita aquí es por qué los quieren moder o pellizcar si esas son acciones agresivas para los bebès que los podrían dañar físicamente.
Los especialistas realizaron un experimento en el que enseñaron a varias personas imàgenes de bebés adorables para medir sus respuestas emocionales tanto positivas como agresivas.
En los resultados dieron a conocer que las personas que mostraban durante el experimento mayores respuestas agresivas, también tenìan un bajón en esas emociones positivas cinco minutos después de haber visto las fotografías.
Por lo que da a entender que estas emociones negativas están ayudando a modular el exceso de emociones positivas para lograr un equilibrio emocional.
En conclusión, los que muestran expresiones dismórficas en respuesta a estímulos tiernos como los bebés, tienden a mostrarlas también en respuesta a otras situaciones y emociones positivas.
Publicado en Me lo dijo Lola
