Blanca Juárez
El 30 de marzo de 1988 cuarenta trabajadoras del hogar de 11 países (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela) crearon la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadoras del Hogar (Conlactraho).
Nunca, en ninguna parte del mundo, se había formado una agrupación regional de empleadas del hogar. Ésta fue la primera. El encuentro se llevó a cabo en Bogotá, Colombia.
La Conlactraho propuso que, en conmemoración de esta gran hazaña de una de las poblaciones más oprimidas en todo el mundo, se constituyera el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar y así ocurrió.
Cada 30 de marzo sirve para recordar la importancia y el valor social, económico y político del trabajo y los cuidados que realiza esta población. Así como para visibilizar los logros que, colectivamente, han alcanzado y promover a escala internacional la dignificación de estas labores.
En México, al corte de febrero del 2024, se registró un total de 2 millones 543,235 personas que realizan trabajo del hogar de manera remunerada, de acuerdo con cifras de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) del Inegi. Esto representa al 4.2% del total de la población trabajadora en el país.
Las mujeres representan el 92% de quienes realizan trabajo remunerado del hogar, realizando principalmente tareas de limpieza, mantenimiento del hogar, cocina, lavado, planchado y cuidados a niños, adultos mayores y personas enfermas. De hecho, el trabajo del hogar remunerado da empleo a 1 de cada 10 mujeres en México.
El 8% restante, que corresponde a los hombres ocupados en este sector, concentra a jardineros, choferes y personal de seguridad.
¿Cómo son las personas que se dedican al trabajo del hogar?
Una gran parte de las personas trabajadoras del hogar se encuentran en la adultez media, 7 de cada 10 mujeres y 6 de cada 10 hombres de este sector tienen entre 30 y 59 años, de acuerdo con estadísticas del Inegi.
Los años de escolaridad promedio con que cuentan las personas trabajadoras del hogar rondan entre ocho y nueve, equivalentes a tener la secundaria completa o trunca.
Aunque una amplia mayoría de quienes se ocupan en el trabajo del hogar tienen sólo educación básica, se identifica que 13% de las mujeres y 26% de los hombres sí cuentan con educación media superior y superior.
Otro de los aspectos a resaltar es que 4 de cada 10 personas trabajadoras del hogar es la jefa o el jefe de familia y sus ingresos son el principal sustento económico de la vivienda.
Y pese la, cada vez más expuesta, necesidad de formalizar y revalorizar este trabajo, la situación para las trabajadoras y los trabajadores del hogar todavía enfrenta importantes retos.
¿Cuáles son las condiciones laborales del trabajo del hogar?
El trabajo del hogar y de cuidados es fundamental para el funcionamiento social y económico, pero es uno de los peor remunerados y en los que más se vulneran los derechos laborales, incluso los más básicos.
En México, el 97% de las personas trabajadoras del hogar laboran sin tener un contrato firmado con sus empleadores. Y los ingresos de esta población rondan, como máximo, entre uno y dos salarios mínimos.
A escala nacional se observa que tres de cada cuatro personas trabajadoras del hogar no cuentan con ninguna prestación, ni vacaciones pagadas, ni aguinaldo, ni seguridad social, ni acceso a instituciones de salud.
Y pese a los esfuerzos por formalizar el trabajo remunerado del hogar, la afiliación al IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) está todavía por debajo del 3% de quienes se ocupan en estas actividades.
Como, además, la mayoría de las personas trabajadoras del hogar en México son de entrada por salida, tienen que sumar tantas horas de trabajo como puedan. Trabajar en tantas casas como puedan. El 9% de las mujeres y el 28% de los hombres de este sector trabajan más de 48 horas a la semana, una jornada que supera el límite establecido por la Ley Federal del Trabajo.
Una de las hazañas más importantes en México es la creación de organizaciones como el Sinactraho (Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar) o el Caceh (Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar), que han conquistado derechos básicos en las legislaciones y que buscan difundir información para todas las personas que se ocupan en este sector.
Aunque el camino por dignificar y formalizar estas actividades es largo, las trabajadoras del hogar han logrado batallas importantes: la obligatoriedad de los empleadores para darlas de alta en el IMSS, el acceso al Infonavit, la organización sindical y el acceso a plataformas de información y profesionalización de sus actividades.
