En medio de una escalada en la tensión entre los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y de Daniel Noboa, en Ecuador, la Cancillería ecuatoriana calificó de “acto ilícito” y de apoyo a una “evasión a la justicia” la decisión del gobierno mexicano de otorgar el asilo político a Jorge Glas Espinel, quien fuera vicepresidente durante el mandato de Rafael Correa, y advirtió que no otorgará “salvoconducto alguno” para Glas pueda viajar a México.
Según el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de Ecuador, en el caso de Glas “no cabe la concesión del asilo diplomático”, pues las convenciones en materia de asilo determinan que “no es lícito conceder asilo a personas condenadas o procesadas por delitos comunes y por tribunales ordinarios competentes”, y que en este caso el político ha sido condenado.
“El gobierno de México tiene la obligación de entregar al señor Jorge David Glas Esquivel para que sea puesto a disposición de los tribunales de justicia del Ecuador”, insistió el gobierno en un comunicado, en el cual indicó que entregó al de López Obrador la información sobre “las sentencias condenatorias” dictadas por la Corte Nacional de Justicia y la Fiscalía General del Estado en contra de Glas, por “los delitos de asociación ilícita y de cohecho”, así como una resolución de la Corte Constitucional con fecha del pasado 28 de febrero, en la cual desechó una solicitud de medidas cautelares.
Sujeto de órdenes de aprehensión, Glas ingresó a la embajada de México en Quito en diciembre pasado y pidió asilo. Su solicitud se quedó en trámite durante más de cuatro meses, y provocó primeros roces entre los gobiernos de Noboa y de López Obrador. Quito pidió a México el permiso para que policías ingresen en el recinto diplomático para arrestar al político, pero la Cancillería mexicana rechazó esta eventualidad.
El pasado 3 de abril, López Obrador se lanzó en una digresión, en su conferencia matutina, y atribuyó la derrota electoral de Luisa González –candidata presidencial del correísmo en Ecuador– al asesinato de su rival Fernando Villavicencio, un periodista que había documentado temas de corrupción perpetrados durante el mandato de Correa.
El gobierno de Noboa expresó su indignación contra lo que calificó como una “intervención” del mandatario mexicano en sus asuntos internos. Ayer, decretó “persona non grata” a Raquel Serur Smeke, la embajadora de México en Quito, con lo que ordenó a la intelectual quitar el territorio.
La administración de López Obrador respondió hoy, a través de un comunicado: deploró la expulsión de su embajadora, y anunció que finalmente había decidido otorgar el asilo político a Glas, por lo que pedía a Quito la emisión de un salvoconducto para trasladar al político de manera segura.
