Alba Servín
La obesidad es una enfermedad crónica que se define por una acumulación excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud, su diagnóstico inicial se efectúa midiendo el peso y la estatura de las personas sedentarias para calcular el índice de masa corporal (IMC).
Si bien este índice es un marcador indirecto de la grasa, existen mediciones adicionales, como el perímetro de la cintura, que también puede ayudar a diagnosticar dicha enfermedad.
Según proyecciones del Atlas Mundial de Obesidad 2023, se estima que para el año 2035, una de cada cuatro personas estarán afectadas por esta condición. Actualmente en México, la obesidad afecta a más del 36% de las personas adultas y al 18% de la población infantil de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2022.
Consecuencias
En entrevista para El Economista, el Doctor Ricardo Luna, presidente de la Federación Mexicana y Centroamericana del Caribe de Obesidad y Metabolismo, explicó que la obesidad es una enfermedad que debe ser atendida de manera inmediata por especialistas pues además de ser un problema de salud pública es el origen de otros padecimientos.
“Tenemos que dejar de pensar que la obesidad es un problema estético y reconocer que es un problema que está acarreando otras enfermedades”.
Cabe señalar que la obesidad está relacionada con más de 200 enfermedades como: el síndrome metabólico, la diabetes, el hígado graso, la hipertensión, la dislipidemia, el síndrome de ovario poliquístico, el asma y problemas ortopédicos se asocian con la obesidad en escolares yadolescentes. Además, esta condición se relaciona con problemas de autoestima y depresión.
El experto en salud explica que si bien IMC es un parámetro para medir si una persona tiene exceso de peso, no es único, pues hay más elementos que se toman en cuenta sobre todo si la persona realiza algún deporte
El doctor señala que debido a que los mexicanos genéticamente estamos predispuestos a tener sobrepeso y a esto le añadimos el acceso ilimitado a alimentos ultra procesados con alto valor calórico y bajo valor nutrimental aunado con una baja actividad física es que el problema se agrava.
“Un paciente que siente que tienen exceso de grasa y que tiene dificultades para realizar su vida diaria debe acercarse con los profesionales de la salud para un diagnóstico oportuno y que no se desencadenen otros padecimientos”, señala.
“Ahora los pacientes están acudiendo a los médicos para tratar las consecuencias de la obesidad y no están atacando a la raíz que son los malos hábitos alimenticios y la falta de actividad física”.
Ante lo anterior, el especialista señala que es recomendable que cada paciente se atienda de manera personal, y no imite dietas de influencers que en lugar de que le ayuden a bajar de peso de manera saludable le perjudiquen.
Finalmente, el presidente de la Federación Mexicana y Centroamericana del Caribe de Obesidad y Metabolismo reitera que los tratamientos deben ser personalizados, pues incluso una persona que ya fue diagnosticada con obesidad no siempre es candidata a una cirugía bariátrica.
Nuevas variantes
De acuerdo con estudio de Medical Research Council se ha identificado dos variantes genéticas que tienen uno de los mayores efectos sobre el riesgo de obesidad descubiertos hasta la fecha. Se trata de los genes BSN y APBA1 cuyo impacto incrementa hasta seis veces el riesgo de obesidad severa y se asocian también con un aumento en las posibilidades de desarrollar hígado graso no alcohólico y diabetes tipo 2.
Con lo anterior se demuestra que ciertos cambios genéticos tienen un gran impacto en la probabilidad de volverse obeso en la edad adulta, de tal manera que se hace más urgente la necesidad de incentivar desde edades tempranas el tener una alimentación nutritiva y hacer ejercicio.
