Chef enfrenta demanda de estadunidenses por tocar música mexicana en restaurante de Puerto Vallarta

“Si a usted no le gusta el ruido de los gallos, que el oído del camotero, que el sonidero, que el del gas o incluso la música mexicana, ¿qué carajos haces aquí en México?”, dijo el chef Julio Castillón.

Castillón denunció –a través de su cuenta de TikTok– que unos vecinos, estadunidenses, pretenden cerrar su restaurante Gaby’s, fundado en 1989, en el centro histórico de Puerto Vallarta.

“Pues resulta y resalta que unos gringos quieren cerrar mi restaurante, un restaurante de cocina mexicana, con más de 35 años de historia, aquí en el centro de Puerto Vallarta, sólo porque tocamos música mexicana”, explicó el chef a través de su cuenta en la red social.

Actualmente, el chef enfrenta una demanda por parte de unos estadunidenses retirados que compraron una residencia al lado de Gaby’s, “por afectar su calidad de vida como retirados en Puerto Vallarta”. Castillón explicó la querella se encuentra en tribunales administrativos del estado de Jalisco, donde tiene que defender su licencia.

 “Yo no puse mi casa restaurant al lado de tu casa, tu compraste la casa al lado de un restaurant con más de 35 años de historia y ahora resulta que vienes a mi país y uno tiene que acoplarse. ¡Estamos en zona turística hijo!”

Castillón también acusó que la cantante Anais Belloso, también locutora de radio local, fue agredida por esas personas, en varias ocasiones; además, señaló que Belloso ya no toca y perdió su trabajo, por lo que denunció que la han afectado de manera económica.

Después de que el chef diera a conocer la demanda de sus vecinos, múltiples personas –mexicanas y extranjeras– se pronunciaron en redes sociales en contra de los vecinos y se reunieron en el restaurante para manifestar su apoyo a Gaby’s e incluso fue un mariachi, quienes tocaron en forma de protesta.

Este apoyo ha sido incentivado, además, por la situación de las bandas de música sinaloense en Mazatlán, donde hoteleros y extranjeros se han quejado por el “ruido” que producen estos grupos en las zonas turísticas. La situación llevó a que el gobierno impusiera horarios y zonificación para la presencia de bandas en la playa, lo que llevó a una protesta de los músicos en las calles de la ciudad.

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