El montaje contra Cuén Ojeda

Ana Laura Arellanes

Es lo más cerca que tengo a la mano. O mejor dicho, en la computadora. Wikipedia ilustra: “Un montaje es un delito en el que se acusa a una persona inocente de algún delito/crimen que no ha cometido, mediante la falsificación de pruebas o testimonio con tal de que el individuo sea declarado culpable”. La intención o plan del montaje es llevar a una persona inocente al escenario de la sospecha para que aparezca culpable. A veces la persona que culpa a la otra es en realidad el perpetrador de la fechoría.
Hecha la consulta, vamos al tema: La ex diputada del PRD y abogada laborista (Despacho Tere Guerra y Asociados) acaba de tender una trampa para intentar “dominar” la opinión pública de Sinaloa con escenarios falsos que toman como verdaderos algunos medios de comunicación dispuestos a “ganar la primicia informativa” o a formar parte de la mentira. La perredista publicitó su más reciente montaje publicitario-policiaco para enganchar al dirigente del Partido Sinaloense, Héctor Melesio Cuén Ojeda, en un juego sucio, de dimes y diretes.
Pero ¿Quién le va a creer a Tere Guerra? Nadie es su sano juicio. Nadie con capacidad de raciocinio; nadie que la conozca y sepa de su trayectoria anticuén, la cual data de más de 11 años, tiempo en que se ha dedicado a fabricar infundios, mentiras tras mentiras, porque el ex rector de la UAS y actual dirigente del PAS acabó con sus privilegios de falsa intelectual universitaria y no le otorgó documentación falsa para acreditarse como investigadora del CONACYT.
Son conocidos los odios, celos, envidias de Tere Guerra contra Cuén Ojeda; por la sincronía y la recurrencia de sus difamaciones, la sociedad sabe que la ex diputada del PRD está dispuesta a todo con tal de crear falsos escenarios para intentar desacreditarlo. Pero ¿Quién le cree? Nadie. Son demasiadas las mentiras, las calumnias que ha lanzado y una más es el agregado del rosario anticuén que cuelga en su pecho con demencial desparpajo.
Para que usted entienda: El domingo 21 de agosto, Tere Guerra denunció un aparente “robo” en su oficina, ubicada en uno de los sectores más vigilados de Culiacán. La zona está cercada por cámaras de video y una estrecha vigilancia policial. El supuesto “robo” ofrece los rasgos de un invento o de un “autorobo”, si es que en realidad se perpetró.
La ex diputada del PRD, ampliamente conocida por mentir con olímpica facilidad, dijo que personas desconocidas ingresaron a su oficina y sustrajeron documentos, expedientes y otros archivos.
Señaló que quienes ingresaron ilegalmente a su oficina sustrajeron algunos archivos del caso Cuén y dejaron otros documentos más a la vista en su escritorio, como “pista” o “señal”, por lo que dijo se evidencia que quien está detrás del hurto es el exrector o “alguien que quiere vincular el caso con su persona”.
La ex diputada del PRD apoyada por un grupo de “amigos” tomó fotografías del “lugar de los hechos” y los ofreció como “prueba” del hurto.
El caso ofrece las peculiaridades de un montaje tipo, creado por una imaginación desbordada y perturbada, que deja “huellas” de su recreación, que planta sus propias “pruebas” para acusar, para sembrar la sospecha.
1.- No se sabe si en realidad la documentación de la que habla Tere Guerra existe o existió. O si es producto de sus desvaríos.
2.- En caso de que existan esos documentos lo más prudente es que por ser relevantes para su defensa jurídica debería estar depositados en una caja de seguridad y deba tener copias con familiares, socios de despacho, aliados a su causa o con el abogado que lleva su defensa.
3.- Nadie gana “llevándose”, como dijo la Tere Guerra, “documentos que son parte del expediente”, porque, como tales, esos papeles deben obrar en el Juzgado de Distrito que lleva el caso.
4.- Es totalmente risible que una persona deje “pistas” o “señales” para después ser acusada. Sería tanto como practicarse el harakiri o gritarle a la autoridad “¡yo fui!”. La “colocación” de las “evidencias” de la Tere ofrecen otra línea de investigación mas certera dado que tienen el propósito de acusar.
5.- De hecho y en forma perversa, Tere Guerra lanzó una temeraria acusación. Dijo que se evidencia que quien está atrás del hurto es Héctor Melesio Cuén, paradójicamente el menos beneficiado con una acción de esta naturaleza, porque como se ve, sería el principal acusado ¿O no?
Las características del montaje son claras. Cualquier investigador policial no tardaría ni media hora para desentrañar la verdad y sacar a la luz de que se trata de la fabricación del escenario de un falso hurto. Cualquier periodista con capacidad de raciocinio y el afán de llegar a la verdad, sin ánimo de prestarse al juego del montaje, se percataría de inmediato de la plantación de “pruebas” con el deseo insano de culpar por culpar.
En abril de este año escribí un artículo que titulé: “Once años de ataques contra Cuén”. En ese mes ya se percibía un grupo de “comunicadores” y políticos que intentaban borrar del escenario político-electoral a Héctor Melesio Cuén Ojeda. No lo lograron. Con la fuerza y participación de miles de ciudadanos el partido de Cuén y de los sinaloenses, el PAS, se colocó como segunda fuerza política en Sinaloa. Entre las personas que atacaban a Cuén sobresalía una: la perredista Teresa Guerra Ochoa.
Escribí: “es año electoral: y la protección que pidió Tere Guerra a la Segob (contra Cuén y las autoridades que le pedían no difamara) tiene el tufo de una conspiración política, para bajarlo en las preferencias electorales, complot en el que habrían de estar coludidos personajes del PRI.
“…. ¿De qué marca es la patente de corso de los calumniadores? Es una pregunta que si la analizamos juntos, entenderemos el tema: en Sinaloa la libertad de expresión se convirtió en libertad para el libertinaje y la difamación. Lo sostenemos en este caso especial. Nada más.
“Once años atacando, difamando, fabricando incluso demandas penales y ‘expedientes mediáticos’ (lleva Tere Guerra Ochoa) contra el ex rector de la UAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda, en venganza por haber transformado la universidad, por haberla rescatado de las “pandillas” y por haber acabado con privilegios personales del grupo de difamadores.
“Después de once años de difamaciones Héctor Melesio Cuén recurrió a un tribunal –juzgado-, no para coartar la libertad de expresión de la ex diputada del PRD, María Teresa Guerra Ochoa, la más activa en lanzar ataques; no para lastimar a los medios de comunicación, sino para pedir al juez de la causa que la perredista, por la naturaleza civil de la demanda, divulgue en torno a él informaciones documentadas, no inventos; que deje de fabricarles delitos inexistentes y expedientes falsos y que deje de hacerlos públicos como si se tratara de verdades.
“Acusar, calificar, inducir sin comprobar lo que se afirma es, no sólo anti-periodístico, sino indigno.
“Once años lleva la campaña de difamaciones contra Héctor Melesio Cuén, y él, como cualquier político o ciudadano, tiene expedito su derecho para demandar por daño moral, cuando su nombre y personalidad han sido conculcados por escritos que él considera infamantes, mentirosos y falaces.
No es un atentado a la libertad de expresión que pida que no se le difame. Por el contrario, la veracidad, es uno de los sagrados valores del periodismo. Es una monstruosidad jurídica, también, pensar que la libertad de expresión es una patente de corso”.
La ex diputada del PRD, Teresa Guerra Ochoa, volvió ahora con un montaje. Con un ardid. Con un nuevo engaño. El caso del supuesto “robo” y la acusación que lanza contra Héctor Melesio Cuén lleva el sello de la difamación y la calumnia. No tiene remedio….no tiene remedio la Tere Guerra.

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