El feminicidio infantil es una realidad que no se quiere ver: Frida Guerrera

En México, el feminicidio infantil es una realidad que no se quiere ver, que ha ido creciendo y que ni siquiera se tiene claridad sobre su dimensión, expone Frida Guerrera.

En entrevista, la autora del libro #Con las niñas no. Y tampoco los niños. Feminicidio infantil. Una tragedia nacional indetenible, editado por Aguilar Ideas, recalca que ese tipo de delitos ocurren “porque se puede”.

Este libro fue escrito con mucho dolor. No debemos quedarnos sólo en la queja; debemos pasar a la acción y ayudar a la autoridad a identificar a quienes violentan a menores de edad. Todos somos responsables de los niños”, remarca.

A través de la exposición de una serie de casos documentados por ella, la autora expone parte de esa cruda realidad y señala a donde acudir para denunciarla para pasar de la indiferencia a la acción.

— ¿Tanto el gobierno como la sociedad en general mexicana le está poniendo la atención que debiera al tema del feminicidio infantil?

— No. Si el feminicidio ha sido difícil que las autoridades, como los medios de comunicación lo consideren como emergente, el tema de la violencia en contra de las niñas y los niños es un tema que a pocos les está llamando la atención.

Nosotros nos dedicamos desde 2016 a documentar, todos los días el feminicidio y hemos visto como ha crecido la saña que tratábamos de prever que sucediera.

— ¿Qué explica esa poca atención?

— Es un tema que tiene que ver con todos los hechos, los mensajes, el aprendizaje que durante todos estos años se ha tenido en los medios de comunicación; en estas nuevas generaciones  en donde pareciera que lo menos importantes son justamente nuestras niñas.

Ahora es  más fácil indignarse, y con todo respeto lo digo, por el maltrato a una mascota que hacia un niño.

Es más fácil denunciar al vecino que está golpeando al perro que a la vecina que está golpeando a la niña.

— ¿Por qué? 

— Porque no queremos meternos en problemas, porque en nuestros mismos hogares tenemos a una prima, una hermana o a una tía o un tío que sabemos está maltratando a los pequeños y no hacemos nada.

— ¿Tenemos una idea clara de la dimensión de este problema?

La dimensión ni siquiera la tenemos. Lo que nosotros documentamos y algunas investigaciones que directamente tenemos son mínimas. Realmente no hay datos. En este libro lo expongo. Me lo platica Juan Martín, que es un hombre que toda su vida ha denunciado la violencia contra niños y adolescentes.

Para mí fue aterrador lo que me comentó porque me dice: al hospital llega un niño por negligencia que no hubo el cuidado de la mamá que con el agua caliente se quemó o que se cayó. En ese caso hubo un descuido y eso es negligencia o violencia.

Lo grave es que los médicos no se involucran. 

Si hay peligro de muerte el doctor tiene que poner la denuncia  y, si procede, tiene que acudir ante la autoridad a hacer señalamientos y ese tiempo no se los paga el hospital. Por eso el médico prefiere no reportar para no meterse en estas situaciones  burocráticas.

Por eso muchos niños que han tenido antecedentes de algún problema de estos son regresados a casa y posteriormente son asesinados.

Necesitamos políticas públicas realmente fuertes que a lo mejor nos obliguen a hacer lo que hacíamos antes.

Antes por lo menos los adultos eran menos negligentes. Era más fácil que un niño saliera a las tortillas sin que lo fuera a violar un vecino.

Hay un tema de falta de valores.

Puede ser un tema de estas nuevas generaciones donde ya no hay límites, donde los padres creen que porque la niña está ahí es suya y pueden hacer lo que quieran con ella y después desecharla, como si fuera un pedazo de papel.

Eso también tiene que ver con el mensaje de impunidad en el sentido de que si a las mujeres que gritan no las voltean a ver, pues a los niños no los voltean a ver.

Ni siquiera un niño puede ir solito a denunciar que lo están violentando porque la autoridad pide que vaya con un adulto.

Y si los adultos que tienen que acompañarlo son los que lo están violentando, nunca lo van a acompañar.

— ¿Las estadísticas oficiales sobre este asunto reflejan la realidad?

— No. Lamentablemente si consultas las estadísticas del Secretariado Nacional de Seguridad Pública son datos duros. Te dice menores de 14 a 17, por ejemplo, pero no especifica cuantas fueron violentadas o desaparecidas antes de encontrar los cuerpos.

Creo que no se está tomando en serio el problema.

En la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador no se habla del tema. Tenes que empujar muchísimo para que el Presidente intente voltear a ver y más a los niños y a las niñas.

Eso hace que la sociedad no dimensione la gravedad de lo que está pasando.

La pandemia nos vino a meter más a la concha y creció espantoso la violencia contra niños, porque los adultos ya no saben relacionarse con ellos.

Los niños pueden acceder a estar en el celular pero va a llegar el momento en que van a tener hambre y pararse a hacer algo y la tolerancia de los adultos no está.

Ni siquiera hay adultos guía que los estén protegiendo, porque tampoco ya hay quien conozca bien las reglas de los valores.

Ha crecido el feminicidio infantil porque muchos estados lo seguían manejando como homicidio de niños, que no es lo mismo porque la saña con la que están matando a los pequeñitos es terrible.

— ¿El marco legal como trata a este asunto?

— Sí se considera dentro del feminicidio por el tema de relación de confianza de un adulto, de hecho hay agravantes, por ejemplo de que había un círculo de confianza.

Por ejemplo el caso de Valeria, del que hablo en el libro donde la causa de muerte del Instituto de Ciencias Forenses era que había muerto por causas naturales, cuando el cuerpo presentaba un montón de huellas de violencia.

Le presenté el caso a la fiscal Ernestina Godoy para que se investigara.

Murió por una pulmonía, pero debían investigar qué fue lo que la generó.

En ese caso se logró que se reclasificara en feminicidio, pero cuando detienen a la tía materna el juez dijo que no es un feminicidio porque no hubo violencia sexual.

No puede ser que se minimice de esa manera desde los tribunales.  Se supone que hay un interés superior de la niñez que todos deberíamos de respetar y es lo que menos se respeta.

— ¿Cuáles son las principales causas del feminicidio infantil?

— Porque se puede.

Este libro fue escrito con mucho dolor. No debemos quedarnos solo en la queja, debemos pasar a la acción y ayudar a la autoridad a identificar a quienes violentan a menores de edad. Todos somos responsables de los niños.

Publicado en El Economista

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