La incesable lucha contra la obesidad en México: entre la enfermedad y el estigma

Ana Karen García

En México el 75% de los adultos y el 36% de los niños y adolescentes presentan algún grado de sobrepeso u obesidad; combatir estas problemáticas, desde una perspectiva de derechos, ha sido uno de los retos más grandes para la salud pública.

Desde 2016, la obesidad fue declarada como emergencia sanitaria en México por la Secretaría de Salud federal; enfatizando en la estrecha relación entre el sobrepeso y la obesidad con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión o enfermedades cardiovasculares.

Pese a los enormes esfuerzos que se han realizado —desde la iniciativa pública, privada y civil— México sigue rankeado entre los 10 países del mundo con mayor prevalencia de obesidad en adultos y entre los cinco con más obesidad infantil, de acuerdo con información de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).

Las proyecciones de la OCDE sugieren que el sobrepeso y la obesidad, así como las enfermedades relacionadas con estas condiciones, podrían recortar hasta cuatro años la esperanza de vida promedio en los próximos 30 años.

  • Algunos datos sobre obesidad y sobrepeso en México extraídos de la ENSANUT Continua (Encuesta Nacional de Salud y Nutrición) 2022:
  • El 41% de las mujeres y el 32% de los hombres tienen obesidad
  • La prevalencia de obesidad abdominal en personas de 20 años y más es de 81%
  • En adultos con obesidad abdominal fue más frecuente encontrar diabetes, hipertensión arterial, dislipidemias y enfermedad cardiovascular
  • En México, la obesidad es más frecuente en personas con menores ingresos por la composición de su consumo alimenticio
  • La prevalencia de obesidad es significativamente mayor en personas inactivas, en comparación con quienes realizan ejercicio
  • Las enfermedades cardiovasculares y la diabetes, estrechamente relacionadas con la obesidad, son la principal causa de muerte de los mexicanos
  • La obesidad y el sobrepeso también se relacionan con problemas de autoestima y depresión, particularmente en niños y adolescentes
  • La prevalencia de obesidad en menores de edad aumentó 24% del 2006 al 2022

La obesidad en México es el resultado de una combinación de aspectos, desde factores epigenéticos, hábitos alimenticios, la urbanización rápida, la disponibilidad y el acceso efectivo a alimentos saludables, las prácticas de la industria alimentaria o la inactividad física, de acuerdo con el INSP (Instituto Nacional de Salud Pública).

Algunos de los pasos avanzados impulsados desde la política pública para reducir los niveles de sobrepeso y obesidad de los mexicanos y promover un mejor consumo alimenticio son: el etiquetado de alimentos; los impuestos especiales para bebidas azucaradas, alimentos ultraprocesados, bebidas alcohólicas y tabaco; promoción a la actividad física y difusión masiva sobre nutrición.

Y, aunque no existen mediciones oficiales todavía, algunas encuestas y estudios realizados por organizaciones civiles ya han encontrado que el etiquetado frontal con sellos es utilizado por la mayoría de los mexicanos y ha tenido un impacto positivo en el consumo alimenticio de las familias.

Estigma y desigualdades, obstáculos en la lucha

Pese a las acciones implementadas por el gobierno y las instituciones de salud, los retos para reducir los niveles de sobrepeso y obesidad todavía son grandes. Las amplias desigualdades sociales y económicas, la cultura de los hogares y el enorme estigma son algunos de los obstáculos en esta lucha.

En paralelo, mientras la lucha por reducir estos niveles, también se desarrolla una lucha por erradicar el estigma y la discriminación contra las personas gordas. Desde la medicina y hasta el interior de los hogares, se busca que las personas con obesidad y sobrepeso puedan acceder a una mejor calidad de vida.

La “gordofobia” es abordada por el Conapred (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación) como una violación a los derechos humanos de las personas.

Vivir con obesidad o sobrepeso, así como con trastornos de la conducta alimentaria, va más allá de la voluntad de las personas. El acceso a una alimentación nutritiva, actividades físicas y monitoreo de la salud son algunos privilegios de los que algunas personas no gozan. Buscar reducir la obesidad y el sobrepeso desde el juicio no sólo no contribuye, sino que impacta negativamente la salud mental de las personas.

Sin dejar de lado la gravedad de la obesidad como un problema de salud pública, es importante reconocer que todas las corporalidades son válidas y deben ser tratadas con respeto y dignidad.

Para lograr un impacto significativo en la reducción de la obesidad, se requiere una estrategia integral que aborde, tanto los factores individuales como los públicos y privados que abonan a la problemática. Además de enfocarse no sólo en la salud física de las personas, sino también en la salud mental.

Esto incluye políticas efectivas de salud pública, programas educativos, cambios en la disponibilidad y acceso a alimentos saludables, así como un compromiso un monitoreo constante sobre la difusión, promoción y prevención de la salud.

La lucha contra la obesidad en México es un desafío multifacético que requiere la colaboración de diversos actores y la implementación de estrategias a largo plazo.

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