Las nuevas mentiras Santamaría, el “Baby Face”

¿Cuándo oímos y leímos la última mentira de Arturo Santamaría? ¿Cuándo? Si bien la igualdad y/o equidad de género “nos beneficia”, la “contribución política” no nos exime, a las mujeres, de escuchar o leer idioteces dichas o escritas por quienes se creen, como ya lo hemos recalcado, Dueños de la Verdad, y que quieren sorprender a la sociedad con sus “análisis”. Allá los varones, los caballeros, si les hacen caso. Las mujeres ya marcamos la diferencia: queremos periodismo de altura. No periodismo basura. Periodismo que dignifique la profesión y que sirva no para intentar distorsionar realidades sino para comprender la realidad y tomar determinaciones. No cabe duda que la obsesión y el rencor enferma. No es Santamaría quien nos ofrecerá a las mujeres sinaloenses un diagnóstico real sobre el quehacer y acontecer político de Sinaloa porque su odio y amargura, y su obsesión antiCuén lo traiciona. Ya lo escribí una vez y lo vuelvo a sostener: Arturo Santamaría cree mis queridas damas que las sinaloenses nos chupamos el dedo y que vamos a creer sus sandeces. En otro de su artículos, de nuevo con mucha adrenalina y odio personal, Arturo Santamaría nos vuelve a manda la lectura a las mujeres de Sinaloa de su malsana pasión por Héctor Melesio Cuén. Vuelvo a preguntar: ¿Quién es Santamaría? ¿A quién engaña Arturo Santamaría? Ya no más a la sociedad sinaloense. Ya no. Invitado por Lauro Trujillo, profesor fundador de la otrora Escuela de Ciencias Sociales de Mazatlán – agitador de la Unión de Estudiantes Revolucionarios Sinaloenses (UERS), que se mantuvo en alianza con el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT)- quien le llamaba “Baby Face”, Arturo Santa María, llega de la Ciudad de México, e ingresa en septiembre de 1982 a la UAS a laborar como profesor, sin examen de oposición y sin respetar el Contrato Colectivo de Trabajo, en la asignatura de América Latina I y II en la Escuela de Ciencias Sociales (ECS), hoy FACISO.
Santamaría fue militante de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), donde estaba incorporada la UERS, y por tanto también estuvo en alianza con el PMT. El Partido Comunista de México (PCM) y el PMT eran los dos partidos políticos nacionales que tuvieron secuestrada a la UAS, tras la salida del “armientismo”, durante la década de los setentas y ochentas, imponiendo como rectores a Campos Román, Eduardo Franco, Jorge Medina y Audómar Ahumada. En la disputa por la rectoría para el período 1985-1989, el PCM transformado en Partido Socialista Unificado de México (PSUM), en alianza con el PMT, llegan a la rectoría con Audómar Ahumada y a la secretaría general con Guadalupe Meza, dirigentes prominentes de estos partidos respectivamente.
En este contexto llega Arturo Santamaría a la UAS, que como militante de la UERS-ACNR-PMT es favorecido por la alianza, por lo que accede de inmediato como profesor-investigador de Tiempo Completo -T.C.- solamente con nivel licenciatura, sin antigüedad y sin respetar el procedimiento contractual, afectando a otros compañeros con más derechos y con mayor currículum académico.
Al obtener el tiempo completo, en el año de 1985, obtiene una licencia-beca otorgada por la UAS para realizar estudios de posgrado en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM; a su regreso, en 1989, todavía disfrutando de la alianza (PSUM-PMT) que controlaba la administración de la UAS, es lanzado a la dirección de la Escuela de Ciencias Sociales de Mazatlán, y gana con el esquema populista de elección- acarreo y borracheras con estudiantes-, pese a haber estado ausente por los cuatro años anteriores de estar becado en el D.F., y, por tanto, ser desconocido por los profesores, alumnos y trabajadores administrativos.
Como director de la Escuela de Ciencias Sociales en el período 1989-1991, de acuerdo con los testimonios de los alumnos, profesores y trabajadores administrativos, estuvo prácticamente ausente por sus permanentes viajes al interior del país y en el extranjero, sobretodo a Los Ángeles, California, y quien dirigía la escuela era Enrique Vega Ayala, que fungía como secretario académico; todavía se recuerdan las grandes molestias que ocasionaba porque casi nunca atendió los asuntos propios de su responsabilidad como director.
Al término de su cargo como director, le sucedieron los años sabáticos que religiosamente disfrutó cada seis años para atender siempre asuntos de beneficio personal, sin impacto institucional, más allá de “su” indicador como profesor –investigador “habilitado”.
Bajo la sombra protectora de Gómer Monárrez González, quien había sido otro de los activos del disuelto PMT, que ocupó los cargos de Director de Servicios Escolares (rectorado de Rubén Rocha Moya, 1993-1997), Secretario General (Jorge Luis Guevara Reynaga, 1997-2001) y Rector de la UAS (2001-2005), Santamaría continúa usufructuando las relaciones personales de su pasado político y saqueando de la UAS privilegios y prebendas por ejercer una función de “asesor informal” de Gómer Monárrez, a lo que complementariamente se le agregan ingresos prestando “servicios profesionales” como “periodista” y columnista, especialmente al periódico Noroeste, y a diversos actores políticos-gubernamentales del estado y presidentes municipales, y a conocidos grupos empresariales del sur de nuestra entidad.
Para la sucesión de Gómer Monárrez, Santamaría fracasa en su intento por convencer a la “vieja corriente” del PMT por imponer como candidato a rector a Renato Palacios, de manera que contra su voluntad Gómer y sus colaboradores se suman tardíamente a la campaña de rector de Héctor Melesio Cuén Ojeda.
Así, desde la llegada de Cuén Ojeda a la rectoría (2005-2009), Arturo Santamaría reciente en sus bolsillos la suspensión del saqueo económico de la UAS e inicia una obsesiva “guerra” en Noroeste y otros medios contra Cuén y las administraciones de la UAS. Aunque claro, Santamaría no lo hace de manera gratuita.
En lo que respecta a la “producción científica”, sus publicaciones son diversas, inconsistentes y carentes de rigor científico, así aparecen temas como las migraciones, intentos de cultura política, narcotráfico, género, economía, etc., como si se tratara de trabajos periodísticos, los mismos que en muchos casos le han permitido hacer compendios y publicarlos como “libros”.
Volviendo al caso de Gómer Monárrez, que ha tenido una cercana afinidad con Juan S. Millán, gracias a la cual en pleno rectorado su hijo declara su filiación política al PRI, y de inmediato es premiado con una diputación local, sirve para ilustrar otra de las vertientes de Arturo Santamaría para acercarse a los grupos de poder, la cual se extiende hasta el 2010 y a la actualidad, cuando Gómer es nombrado subsecretario de educación media superior y superior con el gobierno actual de Sinaloa, a la que por cierto se le suma de nuevo la diputación local de Gómer Monárrez hijo.
Recientemente, Arturo Santamaría decide jubilarse de la UAS con el sueldo más alto de casi 50 mil pesos mensuales; luego es contratado por la Universidad Tecnológica de Escuinapa, que depende del subsecretario de educación de la SEPyC, Gómer Monárrez, al que le pone a disposición para buen trato mediático a su segundo patrón que desde siempre ha sido el principal dueño del periódico Noroeste, o sea Manuel Clouthier Carrillo.
¿Por qué Santamaría se jubila de la UAS? Por un interés económico legítimo que nadie le cuestiona: cobrar la jubilación de la UAS y la pensión del IMSS por tener sus más de sesenta años de edad, ambas vitalicias; y además, por seguir en una tercer nómina como la que tiene en la Universidad Tecnológica de Escuinapa, es decir, en la actualidad suma tres importantes ingresos mensuales, sin contar los que recibe por el periódico Noroeste y otros actores. ¿Por qué el odio de Santamaría contra la UAS y Cuén? Por la añoranza del pasado de grandes privilegios personales extrainstitucionales y por la inviable recontratación en la UAS, así como por sus exitosos cálculos políticos que se pueden resumir en una coloquial frase: “Saludar con la izquierda y cobrar con la derecha”. Nos queda claro a las mujeres de Sinaloa que Santamaría no engaña a nadie. Ya volvió a la carga contra otra vez contra el PAS y Héctor Melesio Cuén inventando que dijo lo que no dijo, fabricándole la frase esa de que “me puedo aliar con el PRI, con el PAN o quien ofrezca más”. ¿Cuándo lo dijo Héctor Melesio Cuén? Nunca. Lo dijo Arturo Santamaría y lo pone en voz y boca de Héctor Melesio Cuén. Ese es el grado de odio y de “profesionalismo” periodístico de Santamaría, el grillo, el «Baby Face».

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